9 de noviembre de 2008

¿Indocumentados? Sobre la formación de nuestros Gobiernos.


Una de las ideas-fuerza que no falta en el argumentario de los sectores más beligerantes con el gobierno actual, y que el propio Rajoy ha reproducido alguna vez en actos públicos y de partido, es aquella que califica al Gobierno como indocumentado y/ iletrado, azuzados por la derecha ultramontana que habita en las cavernas mediáticas. Es, como otros tantos argumentos que se lanzan diariamente en la prensa, de naturaleza más bien endeble fácilmente rebatible con la más mínima medición de datos objetivos.

Tirando del magnífico diccionario de la Real Academia Española, considero que la acepción de "indocumentados" más correcta para lo que los conservadores quieren expresar es la cuarta que aparece, aquella que quiere señalar a alguien inculto o ignorante, que conecta con la definición usual de "iletrado". Por ello, y dado que considero que la España democrática no ha tenido un solo gobierno de indocumentados, ni mucho menos.

El método para corroborar la hipótesis ha sido, ante todo, uno que ha querido medir variables lo más objetivas para refrendar la negativa a la definición antes dada. Desde un punto de vista lógico, la mejor forma de medir la posible indocumentación de alguien es ver su situación académica y profesional, puesto que hay ciertas profesiones en las que la lectura, la investigación y las capacidades de raciocinio y análisis del mundo se presuponen. Para ello, he mirado, fundamentalmente, el nivel académico de los miembros de 4 de los gobiernos de la democracia, asignando los siguientes valores a las diferentes situaciones personales que corroborarán o no la falta de cultura o el exceso de ignorancia:

Sin estudios: 1
Estudios Universitarios (Diplomaturas y licenciaturas): 2
Doctorado: 3

Además, para corregir en lo posible las marcas personales, se añadirá 0'5 más por carrera adicional, 0'5 más por ser funcionario en un cuerpo de nivel A1 (el antiguo A) y 0'5 más por cada doctorado adicional. Podríamos valorar otros méritos, pero dado que estos son los más objetivos que se me ocurren, ya que hay que estar formado y haber leído para tenerlos. Podemos entrar en el debate del valor de diferentes másters, diplomas avanzados, estancias en el extranjero o puestos en corporaciones y empresas privadas, pero la gran variedad de los primeros y la falta de objetividad relacionada con los términos analizados al principio de los últimos me ha hecho no considerarlos a la hora de hacer la enumeración.

He escogido para la tabla estadística diferentes gobiernos, considerando exclusivamente su composición en el día de su constitución, sin tener en cuenta los cambios que son corrientes a lo largo de los cuatro años oficiales (y a veces menos) que tienen nuestras legislaturas. Los gobiernos han sido: I Legislatura (1979), III Legislatura (1986), VI Legislatura (1996)y VIII legislatura (2004). Tras contabilizar los parámetros, los resultados son los siguientes:

*Se contabilizan los miembros de los que se tienen datos, presidentes incluídos. Se han excluido aquellos de los que, o no se tenían datos (como Carlos Romero, III Legislatura) o no eran fiables.

Los datos son, desde luego, esclarecedores. Y reafirman mi posición frente a quienes hablan de iletrados y bachilleres. El Gobierno de 2004 es uno de los mejores, académicamente y/o profesionalmente hablando, de la historia de España. Otras cosas son su nivel de gestión, su nivel de competencia o sus aciertos y errores políticos. Estos parámetros merecen unas críticas determinadas, sí. Pero, objetivamente, y con datos, no estamos ante un gobierno de indocumentados, sino todo lo contrario. Quien quiera seguir en la línea, que lo demuestre en base a datos objetivos. Porque el número de libros leídos, las declaraciones públicas, los "antes partía que doblá" y otros juicios de valor no me valen.

Fuentes: Páginas web de ministerios, de universidades, wikipedia y otras. Tabla de elaboración propia.

5 comentarios:

Paco Centeno dijo...

Irrefutable. Cuando la cuantificación entra en liza, los argumentos se vuelven irrefutables.
Esta es una herramienta científica y tú acabas de comportarte como un científico.
"Chapeau".

visiones encontradas dijo...

Estupendo.

Un trabajo realmente fantástico y mue esclarecedor.

Morgana dijo...

Hombre, pues yo diría que un nivel 3 o superior lo tenemos mucha gente. Y resulta que los gobiernos analizados están por debajo de ese listón.... Es más, ninguno de los presidentes de gobierno que hemos tenido lo han alcanzado (Suarez 2, Calvo Sotelo 2, Felipe 2, Aznar 2.5, ZP 2).

Según tu métrica ninguno es para echar cohetes, la verdad.

Tampoco me parece fundamental tener una carrera universitaria para formar parte del gobierno (menos de un gobierno socialista, digo yo, no se). Y la carencia de un doctorado me parece irrelevante.

Ya que habla de indocumentados, a la derecha habría que recordarle lo de los hilitos de plastina para hablar de un desastre ecológico, las opiniones basadas en que tiene un primo físco, para enjuiciar el cambio climático, o lo de no hacer caldo con huesos de vaca para la prevención del mal de las vacas locas.

Pero nombrar a un titulado universitario, con o sin doctorado, sin experiencia alguna, ni de la vida, ni del mundo laboral,como ministro, me parece un acto o de irresponsabilidad política o una simple manifestación pública de que "para ser ministro cualquiera vale". Y esto si, es una crítica bastante directa contra el actual gobierno, al que por otra parte tengo cierto aprecio.

Un saludo de una que no pone tildes.

José Antonio Gil Celedonio dijo...

Querida Morgana:

Estoy contigo en casi todo lo que dices. Es evidente que la formación académica no lo es todo, pero es la única forma objetiva de contestar al manido argumento de la incapacidad por indocumentación, como dicen algunos.

Y no creo que mucha gente tenga el nivel 3, porque yo doctores conozco muy pocos, y funcionarios de grupo A1, tampoco muchos... En todo caso, para mí es señal de grandeza democrática el hecho de poder elegir entre candidatos con impresionantes curricula (como Fraga) o más normalitos (como Zapatero o González).

Un placer tenerte por aquí, aunque no me pongas las tildes.

Anónimo dijo...

Muy buen argumento. En todo caso, siguiendo a Morgana, creo que hay algunas otras condiciones que podríamos tener en cuenta para intentar certificar la valía de un ministro, más allá de la académica, aunque ya hablaríamos de otro tipo de estudio.

¿Por ejemplo? Años dedicados a terminar sus estudios (no es igual acabar la Licenciatura en 5 años que en 8; o hacerlo en 5 si al mismo tiempo se está trabajando para costearse los estudios), años cotizados a la seguridad social y evolución de los salarios, despidos sufridos (lo considero básico, pues no hay nada que curta más para hablar del mercado de trabajo que un buen despido...), número de superiores a de quienes se ha tenido que acatar órdenes (erróneas o no), proyectos empresariales fallidos y exitosos, etc.

Es decir, todo aquello que te permite entender la vida de los demás. Porque me pregunto de qué sirve que alguien tenga dos carreras y un Doctorado (es un ejmplo) y que, por fortuna y acierto propio, haya aprobado a las primeras de cambio unas oposiciones como Registrador de la Propiedad (no seamos malos...), si dicho dirigente no es capaz de comprender los efectos de una medida concreta que él tome en las vidas de quienes verán sus efectos. Porque hay a quien ninguna medida le afecta... ¿Qué sabrá un funcionario sobre las subidas o bajadas del IVA a los autónomos, si el nunca lo ha sido? ¿Y qué sabrá un trabajador de la empresa privada sobre la congelación de salarios de los funcionarios, si él nunca lo ha sido?

En fin, es divagar por divagar...

Saludos.