29 de septiembre de 2008

Renovación del TC (II): La contradicción que nace de la interpretación jurídica


Me apetece seguir hablando sobre el descarado torpedeo del PP a la renovación del tercio del TC correspondiente al Senado. Esta vez, y para intentar diseccionarlo más que en la anterior entrada, quise ver cuál era la idea que llevó de proponer que era inconstitucional la designación de candidatos por parte de las Asambleas Legislativas de las CC a copar 9 de las mismas con los mismos nombramientos.

Así, y observando lo recogido en la STC 101/2008, de 24 de julio de 2008, podemos ver que el recurso de inconstitucionalidad planteado por cincuenta y dos senadores del Grupo Popular observa inconstitucionalidad en diferentes aspectos de la reforma del Reglamento del Senado (con valor de ley orgánica), y considera que uno de los motivos por los que hay que laminar la reforma de la norma es porque, al hacer que las asambleas propogan candidatos al Senado, vacía de la competencia constitucionalmente atribuida (en el artículo 159. 1 de la CE) a la Cámara y, además, coarta la libertad de elección por parte de los senadores. Repito: Coarta la libertad.

El Pleno del Constitucional explica que tal precepto no vacía de competencias en absoluto al Senado, en tanto que la Comisión de Nombramientos y el Pleno guardan toda posibilidad de rechazar los candidatos propuestos en ejercicio de sus potestades. En unos muy argumentados Fundamentos Jurídicos 9 y 10, se remarca que la incardinación de los nombramientos autonómicos tiene el carácter de norma posibilitadora, no de norma obligatoria, con lo que las Asambleas pueden no proponer candidatos, y los órganos competentes del Senado pueden proponer otros que consideren más idóneos, en cumplimiento de lo exigido para ser magistrado del Constitucional.

Dado el presente dictamen, parecía probable que el PP, en cumplimiento de lo establecido en la Sentencia, optase por una de las dos vías que se me ocurren: Optar por que sus grupos parlamentarios en las respectivas asambleas no propusieran candidatos, dejando en nombramiento de dos de los cuatro al Grupo Popular del Senado, o permitir que sus diferentes grupos de las asambleas puedan proponer candidatos conservadores que hayan ejercido las funciones correspondientes en las comunidades autónomas, aportando así el matiz territorial y la cierta sensibilidad (perfectamente constable con el ejercicio de funciones jurisdccionales o técnicas en los respectivos lugares) que buscaba la reforma del Reglamento del Senado.

Pero no. Con la decisión de proponer a Francisco José Hernando y a Enríque López en CCAA con tanta relación con ambos como Cantabria, Castilla la Mancha o Extremadura, han incurrido en contradicción, puesto que han coartado la libertad de sus grupos en los Parlamentos regionales, y, en cierto modo, la libertad del Senado, al cerrar el abanico de posibilidades (aricméticamente podrían haber sido hasta 17 conservadores, y no 3) a la Cámara Alta, incurriendo en lo que Pérez Royo mencionaba en la radio el otro día: Fraude de Ley, sensu latu.

En todo caso, parece que se muestra, en primer lugar, la absoluta dependencia de los dictados de Génova de todas las agrupaciones territoriales del PP, que han obviado promocionar candidatos conservadores de reconocido prestigio en sus diferentes áreas geográficas por promover a estos dos ultras, y, en segundo lugar, y más importante, el nulo interés en el mejor funcionamiento del Estado Autonómico, que deja entrever una baja (nula en algunos casos) sensibilidad autonómica. Y quien no tiene sensibilidad autonómica en esta España de hoy, no tiene apenas apego a la Constitución.

¿El objetivo? Bloquear la renovación, sabiendo, como sabe, que el PSOE no aceptará estos candidatos.

28 de septiembre de 2008

Flexibilizar, liberalizar... y ahora, ésto.

Cabe decir que no me gusta demasiado hablar de economía, y menos con la que está cayendo, porque es una materia que no me es excesivamente conocida, en la que me estoy formando. Sin embargo, aún así, hay cosas que no me cuadran demasiado.

Y la última opinión de Díaz Ferrán, el sensato presidente de la patronal española, merece una opinión. Leo en el diario público que propone, días después de pedir poner un paréntesis en la economía de libre mercado, una liberalización del despido. Yo comprendo la medida, si bien no comprendo el efecto buscado: Si el problema es la falta de liquidez en el momento actual, no puedo comprender cómo se pretende poder despedir pagando "finiquitos" de menos cantidad, que impedirán al trabajador comprar menos, consumir menos y, desde luego, tener más dificultades para pagar la hipoteca, lo que hará que los bancos las den aún con más dificultad.

Y más cuando, siguiendo el excelente esquema de la crisis que nos presenta Leopoldo Badía, la culpa de la crisis es la intensa e inmensa flexibilidad, que yo llamaría incluso ligereza de cascos financiera, de los bancos americanos para dar unas hipotecas a quien, más que probablemente, no podía pagarla. Es decir, el problema que nos arrastra ha sido, en el área financiera, de flexibilidad. Demasiada flexibilidad, como cuando no hay límites de velocidad por ley y uno va por una nacional con un seat panda a 180 km/h. Claro, se estrella.

Mientras, en EEUU el estado lo que hace es aplicar medidas socialdemócratas (si no más a la izquierda) como nacionalizar empresas con muchas dificultades, o inyectar grandes candidades de capital contante y sonante para incentivar mecanismos de libre mercado que han fallado. Intervención para solucionar los desmanes del libre mercado. Pagado por todos, claro, ya que son fondos públicos los que han de arreglar el desaguisado.

En fin. Se dice que Guerra proclamó aquello de "Montesquieu ha muerto". Yo digo ahora: Keynes ha resucitado.

27 de septiembre de 2008

A quien pueda interesar: No fui yo.


He meditado muy profundamente si escribir esta entrada, por la diferente interpretación que se le puede dar al hecho de escribirlo. No obstante, creo que si vengo diciendo que hay que ser honestos y decir la verdad, he de ser consecuente. Y, sobretodo, porque no deberíamos pagar justos por pecadores, y menos por vendettas personalistas que no vienen a cuento.

Hoy una compañera me ha dicho que se dice que soy el que gestiona el blog "Socialistas cerca de ti". Y no, no fui el creador del blog "Socialistas cerca de ti", ni soy el administrador del blog "Socialistas cerca de ti". Desconozco quién está detrás, pero sé que yo no soy, y es fácilmente demostrable, ante cualquier registro de IP's o los medios informáticos correspondientes. Condeno parte de los contenidos vertidos anónimamente, que también injuriaban (igual que hacen los que ahora acusan), y me muestro de acuerdo con los comentarios de otra serie de personas. Pero una cosa es una cosa, y otra, otra.

Que los socialistas seamos (o debamos ser) firmes defensores de unos sistemas impositivos basados en una serie de principios que conseguimos introducir en el pacto constituyente no quiere decir que paguemos impuestos doblemente. Lo mismo con el asunto de los blogs: Que tenga un blog desde Diciembre de 2005 y que sea firme partidario de su uso para diferentes fines no significa que ahora tenga que ser el chivo expiatorio de unos cuantos.

Sólo quiero decir que si me entero de quién dice la injuria susodicha, le explicaré muy gustosamente cuál ha sido mi participación en ese blog, bajo qué condiciones y en qué momento, sin el menor problema. Si prosigue, dado que está difamando e injuriando, y tales tipos están regulados penalmente, tomaré las consecuencias oportunas. Porque los que damos la cara no estamos dispuestos a lidiar con el anonimato malicioso.

24 de septiembre de 2008

Renovación del TC (I): Teoría de Juegos


Quiero comenzar una serie de posts para abordar la renovación del tercio "senatorial" de nuestro Tribunal Constitucional, tomando como referencia las diferentes actitudes de los partidos en liza y otros factores. Voy a tomar el análisis desde, al menos, dos puntos de vista: Desde la teoría de juegos y desde una perspectiva filosófico-jurídica (por así decirlo, aunque me da que se queda grande el término).

No quiero centrar demasiado post en definir la Teoría de juegos, ya que no sabría hacerlo como debiera y me ocuparía demasiado espacio. Sólo decir que se trata de un modelo analítico que permite ver, en forma de juego, los comportamientos de diferentes actores en torno a un acontecimiento completo. Cabe decir que, en este caso, sólo voy a abordar el juego teniendo en cuenta dos actores (PP y PSOE), con diferentes patrones de comportamiento que, por lo que está haciendo el PP, deduzco prácticamente opuestos. Gracias al libro de Colomer que cito en el anterior post ha sido posible que yo lo pueda hacer.

Partamos del comienzo de la cuestión: Las direcciones de ambos partidos deciden, tras impulsar las diferentes renovaciones de órganos constitucionales, hacer lo propio con el CGPJ, cooperando para un fin común, y proceder a la renovación de los magistrados propuestos por el Senado. Son, por tanto, 4 nuevos magistrados a nombrar conforme lo recogido en el Título IX de la CE, haciendo falta consenso entre ambos partidos para lograr la mayoría cualificada que se exige en la Cámara Alta. Podemos, con esos datos, ubicar un punto de equilibrio en el reparto de dos magistrados propuestos por cada grupo, de carácter más o menos independiente y más o menos neutral. Obviamos añadir que, dada la actitud del PP, lo de la remisión de nombres desde las Asambleas Legislativas de las CCAA al Senado se torna, en estos momentos, irrelevante.

Podríamos proponer una actitud más o menos equilibrada también, pero que, visto lo visto, no funciona: Que ambos pusieran dos magistrados de su cuerda cada uno y tan frescos. Pero el PSOE no está dispuesto a aceptarlo, habida cuenta de los candidatos que está poniendo, poco sospechosos hasta el momento (Luís Martín Rebollo o Ángel Juanes, independientemente de sus ideas, no han demostrado, de aquí hacia atrás, simpatías por el PSOE de tal modo que nos haga decir que son de su cuerda, es decir, manejables). Tampoco quiere que no se renueve el Tribunal, ya que considera que ese atasco le restará apoyos (electorales y no) y mostrará una debilidad gubernamental.

La mejor forma de abordar la cuestión será proponer situaciones de interacción entre ambos, ateniéndonos a la información de que disponemos, y organizarlas de la más deseada a la menos deseada, numerándola de 4 (más) a 1 (menos) para cada uno de ellos. Vuelvo a repetir: La ordenación la voy a realizar según la interpretación que yo hago de los movimientos del PP, especialmente, y del PSOE. El interés del PP parece que no es el de renovarlo a toda cosa, ya que, en cierto modo, siente que este plenario le viene más o menos bien y, en todo caso, prefiere obstaculizar esta legislatura de forma más sutil que en la pasada VIII.

Observemos al PP: La posibilidad más deseada sería la hipotética situación en que el PP propone dos magistrados ultras, el PSOE se los traga proponiendo dos neutrales (4). La siguiente es no renovar el Tribunal, donde ya tiene suficiente baza, con lo que el PSOE tendría que aguantarse (3). La siguiente sería la de acordar los "dos neutrales" con el PSOE, que pondría otros dos iguales(2). Por supuesto, la última opción sería la de tragarse dos rojos separatistas proponiendo dos neutrales (1).

Miremos ahora al PSOE: Lo mejor sería, en términos absolutos, que el PP se tragara dos progres (fiscales o catedráticos, a ser posible) proponiendo éste dos neutros (4). Lo siguiente sería acordar la renovación colocando a 4 magistrados más o menos imparciales (3). Otra opción, peor, sería no renovar el TC (2). Por último, la peor sería tragarse dos ultras del PP y poner dos neutrales (1).

Todas las situaciones, como vemos, se reproducen en ambos partidos, por lo que podemos confrontarlas en una matriz. Antes, cabe aclarar que consideramos que el comportamiento que conlleva poner dos magistrados "neutrales" supone cooperar (opciones 2 y 1 PP, opciones 3 y 1, PSOE), que simbolizamos con una C en la matriz, siendo lo contrario ejemplos de egoísmo, que señalamos con la E. Ambos son dos opciones de comportamiento que pueden llegar a cabo ambos partidos en la negociación. Veamos el resultado:

Dadas las cifras obtenidas en las casillas superior izquierda e inferior derecha, cooperar uno de los dos y el otro actuar egoístamente supondría una tomadura de pelo para uno de ellos, algo prácticamente imposible dada la paralización del proceso que ello conllevaría, en cierto modo buscada por el PP: El PP jamás aceptaría dos magistrados rojos al llegar al pleno del Senado y el PSOE no aceptaría dos candidatos ultras. Unas diferencias de -3 que hacen casi imposible que, sin hacer el primo, ningún partido la acepte en su contra.

Las otras dos opciones, suponen la directa negativa del PP en el asunto (lo que sucede en la casilla inferior izquierda, cosa que no ha ocurrido) o la negociación de los cuatro candidatos poniendo nombres neutrales en la lista de salida de la Comisión de Nombramientos de la Cámara (casilla superior derecha). Ambas opciones son las más equilibradas en la teoría, ya que los valores de los dos partidos tienen una diferencia de -1.

Pero hay que tener en cuenta una cuestión: ¿Cuál es el patrón de comportamiento (esto es, C o E) que conduce a cada partido a sus mejores resultados? En el caso del PP, 4 es E y 3 es E. En el caso del PSOE, 4 es E y 3 es C. El PP tiene un patrón de comportamiento regular que le da la victoria: El Egoísmo. Por lo que, al tener que elegir entre los dos semiequilibros que nos posibilitan las casillas inferior izquierda y superior derecha, el PP se plantará, a ser posible con una buena excusa.

Podríamos decir que el resultado de la matriz es consecuencia de mi elección de situaciones y valores de cada partido. Efectivamente. Por ello voy a exponer el porqué de mis puntuaciones a las situaciones y los consiguientes patrones de comportamiento habida cuenta de los nombramientos realizados hasta hoy: Las dos primeras son las más deseables para los dos, si bien prácticamente imposibles, al igual que las dos últimas. Por ser opuestras (como se ve en la matriz), ambos partidos bloquearían la renovación. El PP prefiere no bloquear el TC porque, antes que unos nuevos magistrados más neutrales que los que ahora, prefiere los que están. Por lo contrario el PSOE prefiere renovarlo con candidatos de consenso, ya que si se rompe la operación estará igual que antes, no mejor. Pero, en todo caso, prefiere seguir como está y esperar otra renovación más positiva a aguantar a ultras en el TC, de ahí que no renovarlo no sea su última opción.

Esta es la teoría. ¿Y la práctica? A mi juicio, se confirma la ordenación de las preferencias de la teoría, así como el resultado de la matriz: Si el PP le mete a López y Hernando en el TC, por mucho que el PSOE ahora, hechos los nombramientos de las Asambleas de las CCAA, drible en lo que pueda, habrá conseguido su mejor opción. Dado que el PSOE no ha propuesto ultras, pierde siquiera la posibilidad de ganar por goleada al PP. Dado que no pueden conseguir la unanimidad de los cuatro magistrados con los presentes candidatos, la casilla superior derecha puede ser descontada. El PSOE ni siquiera podría recurrir a meter dos rojazos en contrapartida, ya que las propuestas han sido muy lights por ahora (la opción no planteada que eliminamos en un principio). En conclusión: El PP ha conseguido su objetivo secundario: Abortar la operación de renovación, conscientemente y sin el menor reparo.

22 de septiembre de 2008

Autobombo: Post 200 y lecturas de verano.


Mi post número 200. Lo escribo al comienzo del curso académico 2008/2009, probablemente el último de mi trayectoria estudiantil en la ciudad de Cáceres, en la que habré pasado 4 años el próximo verano. Por ello, porque la vida de un estudiante no va por años sino por cursos, toca hacer propósitos, pero de esos que toca cumplir si uno quiere conseguir los objetivos marcados a medio plazo. No los voy a exponer aquí, ya que quien los tiene que saber los sabe, quien tiene que conocerlos parcialmente así lo hace y quien quiera saberlos que pregunte. Sólo diré uno: Seguir leyendo mucho, pieza fundamental para la formación en una universidad caracterizada por el mínimo esfuerzo, en la que memorizar sistemáticamente unos apuntes que son dictados desde un atril portador de hojas amarillentas vale más que leer clásicos, monografías y artículos (salvo honrosas excepciones).

Por ello, me gustaría hacer algo que comencé a hacer hace tiempo más o menos discretamente en el blog: Comentar las lecturas que suelo indicar en la columna derecha de este mi contubernio. Voy comentando sucintamente:

-LE GOFF, J.: Los intelectuales en la Edad Media: Se trata de un libro que resultaba obligatorio en una asignatura de la carrera, pero por su lucidez resultó muy entretenido. Plantea el autor un recorrido por la vida intelectual de los siglos XII- XV, observando la definición del intelectual del momento y de su paso al humanista. Un libro breve pero intenso, que propone una panorámica muy general, sin abundar en muchas citas ni apuntes al pie, muy recomendable al que, como yo, no le gusta demasiado la Historia Medieval.

-KUNDERA, M.: La insoportable levedad del ser: Recomendación de María. Ya que todo lo que leo no puede ser académico, decidí apuntarme a este libro. Muy bonito, de cuidado estilo y muy interconectado con teorías fisolóficas actuales, que relatan las relaciones amorosas y sexuales tan difíciles entre las personas, todo en un contexto soviético pero marcadamente europeo. Me gustó mucho el tratamiento que el autor da a la vida interior de los personajes, que apenas hablan, y del comienzo tan musicológico al analizar parte de la obra de Beethoven.

-AJA, E., ALBERTÍ ROVIRA, E. Y RUÍZ, J.J.: La reforma constitucional del Senado.: Una colección de pequeños artículos de los tres autores sobre la tan manida intención de reformar el Senado que tenemos para que se convierta en algo diferente y más útil. Tres visiones diferentes, especialmente la última, que tira por tierra ciertas ideas idílicas que tenemos, en ocasiones, al laudar el modelo de Bundesrat que nos presenta Alemania. Al fin y al cabo, la sombra de los partidos es muy alargada.

-ALBERTÍ RORIRA, E., MONTILLA MARTOS, J.A. y ORTEGA, J. L: Las Comunidades Autónomas en la Unión Europea.: Otro breve compendio de tres artículos, en la misma serie que el anterior (editada por el CEPC), que aborda el encuadre autonómico en el sistema de fuentes comunitarios, especialmente en lo que a creación de derecho y aplicación del mismo se refiere, en un sistema en que la UE hace caso omiso de la estructura territorial de los Estados Miembros. Muy clarificador el artículo del profesor Montilla.

-POUNDSTONE, W.: El dilema del prisionero: Lo vi recomendado en algún blog, que lo recomendaban como una sencilla introducción a la teoría de juegos, ese modelo de análisis que tanto nos puede ayudar en el campo de las ciencias sociales y en el de la acción política. Un libro interesantísimo, que mezcla un nivel matemático básico, adecuado para no profanos, con multitud de ejemplos y análisis de momentos históricos del s. XX que hacen las delicias de cualquier amante de la Historia Contemporánea. El mejor del verano.

-BARBÉ, E.: Relaciones Internacionales: Un manual de Tecnos sobre la materia, a la que decidí acercarme por gustarme tanto la Historia Contemporánea como el Derecho Internacional Público, y por haber investigado para una asignatura sobre política exterior de Carlos III. Me decepcionó bastante, ya que yo espero de un manual que sea capaz de ofrecer respuestas a las preguntas que uno se hace al acercarse por primera vez a una disciplina. Al acercarse a este manual, uno se encuentra un texto rebosante de citas literales de multitud de personas, desde políticos a teóricos, que no ayudan a crear una imagen global de la disciplina. Hay muy poco texto de la autora, y se analiza la sociedad internacional sólo en pequeñas pinceladas. Sólo dos o tres capítulos merecen la pena.

-VERGE MESTRE, T.: Partidos y Representación política: Las dimensiones del cambio en los partidos políticos españoles, 1976-2006: Una tesis doctoral publicada, que aborda maravillosamente muchos aspectos formales, programáticos, estructurales y políticos de los tres partidos políticos nacionales más importantes: PP, PSOE e IU. Revelador, ya que hace un repaso de la trayectoria de los partidos en temas tales como participación femenina, relación ejecutivas-afiliación de base, selección de candidatos... Todo ello regado con una amplia documentación periodística esclarecedora.

-COLOMER, J.M: El arte de la manipulación política: Sin quererlo, me encontré con un libro de esos de una tarde (no por reducido sino por la voracidad que despierta), que aplica la teoría de juegos que conocí en verano a diferentes aspectos de la Transición y otros eventos políticos de relevancia posteriores. Reflexiones lúcidas para comprobar como nada en el poder político se debe a la improvisación ni a la neutralidad. El capítulo donde habla de la elección de Suárez como presidente del gobierno en 1976 es, sencillamente, sublime. También trata excelentemente el transfuguismo político en diferentes niveles durante los últimos 70 y la década de los 80. Altamente recomendable.

-CALVO ORTEGA, M.: Manual de Derecho Financiero. Parte General: He leído alternativamente algunos capítulos durante el verano, y se va a convertir en manual de cabecera durante este curso en que tendré 3 asignaturas de la disciplina. Muy buena narrativa, y una excelente edición que muestra muy bien estructurados los contenidos.

- PÉREZ ROYO, J: Las fuentes del Derecho: Un breve repaso a la parte correspondiente de Derecho Constitucional I, acompañado de una gran carga de jurisprudencia del TC, y de forma lo suficientemente elevada para que un "iniciado" no se aburra. Especialmente indicado para estudiantes de carrera que aún no acaban de entender que el artículo 1 del Código Civil está muy desfasado y superado por nuestra Constitución.

- BOIS, G.: La gra depresión medieval. S. XIV-XV: Otra lectura obligatoria, algo soporífera, por lo que, he decidido dejarlo por ahora, y aprovechar los últimos coletazos de las vacaciones para leer algo que realmente me guste. Caerá durante el curso y podré opinar, más cuando es materia de examen.

- GALBRAITH, J.K.: Historia de la Economía (en proceso): Dado que de una materia tan importante como la historia del pensamiento y los hechos económicos no tenemos apenas conocimiento en la carrera de Historia, he decidido abordar el libro del autor sobre la materia, conociendo ya su estilo de otras obras como su fabulosa "Anatomía del Poder". Una descripción muy buena y cercana sobre los grandes dilemas económicos que han fundamentado el pensamiento en la disciplina, desde sus comienzos en el marco de la ética hasta la independización formal y científica. Me he reído con algún chascarrillo muy adecuado del autor. Muy recomendable para los que queremos iniciarnos en esto de la economía.

A seguir disfrutando, a seguir leyendo, a seguir escribiendo en el blog y,sobre todo, a por el último curso, que el premio se acerca.

21 de septiembre de 2008

A propósito de la separación de poderes.


Hay que reconocer que soy un picajoso, y uno de mis referentes intelectuales en esto de internet acaba de provocarme. Nuestro Geógrafo Subjetivo propone hablar sobre el CGPJ, y nunca puede faltar el argumento de salón (por no decir de otro lugar menos agradable pero igual de poco intelectual) de la inexistencia de la separación de poderes en España. Dado que he comentado cosas sobre este tema en el blog del Geógrafo, poco puedo decir más. Sólo unos breves apuntes, para contribuir al debate en la medida de mis posibilidades, y postear "al alimón".

En primer lugar, hemos de considerar que, desde el punto de vista histórico, toda corriente ideológica y todo movimiento intelectual es fruto de su contexto, y difícilmente podemos llegar a entenderlo en su totalidad si juzgamos sus elementos con parámetros de nuestra época. Dicho esto, cabe recordar el contexto en que surge y se desarrolla la doctrina de la separación de poderes: El primer acercamiento que podemos considerar lo aporta John Locke, en el s. XVII, y es desplegado por buena parte de los filósofos ilustrados del XVIII francés, y luego aplicado con éxito en las 13 colonias inglesas norteamericanas que, a partir de final de siglo, fundarían los Estados Unidos de América. Hablamos, por tanto, de una idea que surge en un contexto en que, en buena parte de Europa, nos encontramos con una teoría del poder absolutamente centrada en la figura del Príncipe, soberano de su nación y poder de poderes. Detentaban los monarcas absolutos, fruto de la concentración de poder que se va generando en la Plena Edad Media, unas potestades casi ilimitadas de actuación en su esfera estatal: Impartían justicia (que emanaba de sus cabezas y manos y, en el mejor de los casos, de una cohorte de consejeros que andaban por palacio), eran la ley y tenían una incipiente burocracia y un ejército a su servicio para hacer cumplirla. De esta tesis surge la antítesis lockiana y montesquieana, siguiendo a grandes rasgos el marco teórico que expone Thomas Kuhn en su "la estructura de las revoluciones científicas".

El concepto de estado ha cambiado desde esos momentos, ya que ahora estamos en el siglo XXI, hemos vivido dos guerras mundiales, hemos conocido un desarrollo del capitalismo y hemos tejido una red de negocio, comercio e interacciones políticas en todo el mundo. Por ello parece ilógico pretender que la teoría de la separación de poderes del XVIII siguiese vigente como si tal cosa fuera, y más en cuanto pretendemos usar dicho argumento como un ataque al sistema constitucional de nuestro país.

Como se ha hablado en Geografía Subjetiva, en un estado social y democrático de derecho, con una constitución más o menos amplia y rígida como cúspide del ordenamiento jurídico, que consagra un sistema democrático de partidos, la rígida separación de poderes, pensada para un contexto en el que sólo parte de la población tenía derechos políticos, no funciona. Hemos evolucionado, y hemos llegado a la conclusión de que el titular de la soberanía nacional es el pueblo, el conjunto de ciudadanos que formamos el estado, y, por tanto, es esta ciudadanía la que da legitimidad a los distintos órganos que sustentan la vida de nuestro estado.

Así, nos encontramos ante un entramado institucional en que, con preponderancia del poder legislativo, directo representante de la soberanía popular, tenemos otra serie de instituciones que también ostentan poderes del Estado, como son el ejecutivo y el judicial, con un hilo conductor entre todos ellos, lo que nos hace hablar de una coordinación de poderes, no de una separación.

Veamos: el legislativo elige al ejecutivo y, en tanto que mantiene una relación de confianza con éste, puede derribarlo. Pero, a la vez, hemos tenido en cuenta el mecanismo para favorecer la gobernabilidad del estado al permitir que el ejecutivo pueda disolver el legislativo, con tasadas restricciones. Tanta es la relación de confianza entre ambos, que incluso el legislativo puede delegar la facultad que le caracteriza en el ejecutivo, e incluso los miembros del gobierno pueden ser, a su vez, miembros de cualquiera de las dos cámaras que componen las Cortes Generales. A la vez, encontramos un poder judicial compuesto por funcionarios públicos, que imparten justicia en virtud de la soberanía popular y en nombre del rey (una figura constitucional de poca relevancia política), y que tienen capacidad para enjuiciar la actividad del ejecutivo, gobernados por un Consejo dirigido por personas que son elegidas por el legislativo. A su vez, un nuevo poder, ejercido por el Tribunal Constitucional, que se ocupa de la salvaguarda del poder constituyente, y puede enjuiciar la labor legislativa. Como vemos, coordinación entre los diferentes poderes, de tal modo que se controlan entre sí en base a diferentes aspectos que aseguran que ninguno se exceda más de lo deseable, con la consecuente "seguridad" de los ciudadanos.

Además, a todo esto, hemos de añadir la importancia de la pertenencia de España a la UE, y la multiplicidad del sistema de fuentes interno como consecuencia de una amplia descentralización territorial.

Hay quien a todo esto no le gusta por el mero hecho de que los partidos mayoritarios hayan pactado, hace poco, el nombramiento de los que van a gobernar los jueces por los próximos años. Mucho podemos discutir sobre el nombramiento, sobre la forma, sobre los candidatos o sobre si tales nombramientos deben ser vitalicios o no. Lo indudable es que un sistema en que la soberanía emana del pueblo, que materializa su voluntad en unas elecciones limpias, seguras y periódicas que eligen unos representantes, lo criticable sería lo contrario: Que uno de los poderes sólo estuviera sometido a su propia estructura corporativa interna, sin tener que rendir cuentas ante nada ni nadie más que ante un reducido comité disciplinario sin más. Ese no es el modelo de judicatura que yo quiero. Para que esto fuera así, los miembros del CGPJ, los presidentes del Supremo y los TSJ y los magistrados del Tribunal Constitucional habrían de ser legitimados directamente por los ciudadanos, es decir, elegidos por éstos. Así no habría intromisión alguna del ejecutivo o legislativo.

El problema, dirán, es que los vocales están influidos por los partidos que los nombran. A mi juicio, esa es una forma muy simplista de ver la situación, puesto que hablamos de personas de edad madura, con unos buenos trabajos y consiguientes sueldos, que tienen colmadas muchas de sus facetas vitales. La imparcialidad, por tanto, no está reñida con que sean elegidos de una manera o de otra ¿O es que los juristas designados en esta tanda para el CGPJ no tienen ideología, ideas, formas de ver la vida y de leer la sociedad? ¿No tienen opinión sobre el aborto, la reducción de impuestos directos o los conflictos bélicos en Medio Oriente? Una vez en el ejercicio de sus funciones, lo que puede peligrar es su independencia, no su imparcialidad (puesto que nadie es imparcial ya que tenemos una ideología y, en este caso, una manera de ver el poder judicial). Y para ello la única solución que se me ocurre, y sin ser perfecta, es la inamovilidad una vez efectuado el nombramiento, y no, desde luego, unos ataques vacíos a la separación de poderes.

Pero ese es otro tema, y podríamos aportar ejemplos muy distintos en el marco del derecho constitucional comparado. Pero de ahí a basar críticas en una no separación de poderes, va un trecho nada saludable para la información del lector y la cultura política de nuestro país.

Espero haber contribuido en algo a los excelentes debates que se sostienen en el blog que enlazo al principio, que recomiendo a todo el mundo.

14 de septiembre de 2008

Y Alperi se fue.

Me gusta mucho fijarme en los movimientos (tanto los electorales como todos los demás) que suceden en España en los niveles autonómicos y locales. Este último, desde que en el año 1995 se invirtió la tendencia mayoritaria en las grandes ciudades y las capitales de provincias, nos muestra tendencias y actitudes electorales y políticas de muy diferente calado, que pueden ayudarnos tanto a hacernos una idea de posibles proyecciones electorales temporales como a analizar la vida política y sus cambios en un lugar determinado. Especialmente cuando el análisis de las localidades correspondientes pueden ser similares a las de mi ciudad de origen, Badajoz, o a mi actual ciudad, Cáceres.

Luis Díaz Alperi es uno de esos alcaldes que heredaron la alcaldía de su ciudad como consecuencia de lo que ocurría en el año 1995 a nivel nacional e internacional, como tantos otros. Ha ganado, como tantos otros, las últimas 4 elecciones locales con mayoría absoluta sin demasiado esfuerzo. Es un hombre de más de 60 años, como tantos otros. Ninguna novedad. La noticia es que ha dimitido durante la pasada semana.

No soy de Alicante, sólo la conozco de un par de veraneos hace muchos años. Dado que no hay apenas razones de la dimisión en la prensa, he consultado los datos electorales de las últimas convocatorias, y he obtenido como resultado lo que se refleja en el cuadro:


Podemos apuntar varias tendencias:

Situándonos como punto inicial en el año 1995, en que la mayoría de que disfrutaba el PSOE de dicha ciudad pasó a convertirse en una mayoría absoluta del PP con una alta participación, muy superior a la media de las cuatro convocatorias (en torno a 10 puntos porcentuales por encima), el contexto que podemos observar en 1999, con una participación electoral muy baja, es una pérdida generalizada de votos en los tres partidos representados. Alperi mantuvo su mayoría absoluta, con menos margen que antes. El PSOE sufrío las pérdidas de menor cuantía de los tres partidos, por lo que la distancia en términos porcentuales se redujo entre PSOE y PP. Cabe recordar el contexto nacional: Un PSOE con un candidato electoral dimitido, un PP muy fuerte por su imagen moderada y su buena gestión económica, favorecida por unos buenos niveles de ayudas europeas y un buen ciclo económico internacional.

2003 es la siguiente fecha a tener en cuenta. Una mayor participación, con un cuerpo electoral más numeroso, hacen que los tres partido crezcan en voto. Sin embargo, vemos crecimientos muy diferentes: El PP sigue por debajo de su techo máximo de votantes, conseguido en 1995. IU (en su vertiente valenciana, no recuerdo el nombre que tenía en aquel momento) apenas crece, y el PSOE no sólo recorta lo perdido en 1999 sino que supera lo obtenido en 1995. Aún así, Alperi sigue manteniendo su mayoría absoluta, menor también. El contexto nacional es diferente: Un PP con mayoría absoluta pero con dificultades sociales, un PSOE más consolidado.

2007 es la siguiente convocatoria. Con un poco menos de participación que en 2003, el PP vuelve a perder votos, situándose en su punto más bajo desde 1995. Más participación que en 1999, pero menos votos. El PSOE crece una cantidad considerable de votos, e IU, por encontrarse debajo del umbral electoral del 5% que marca la ley, pierde su representación. Alperi mantiene la mayoría absoluta, pero situado a un concejal del grupo socialista, a tres puntos porcentuales del siguiente partido, con una candidata joven como contrincante: Etelvina Andreu.

Es evidente que Alperi, un ganador, se va con cuatro victorias y miedo a perder, ya que su caída en apoyo popular contrasta con los resultados de Camps en la comunidad, o con el mantenimiento del apoyo a Rita Barberá. Hay que tener en cuenta otros factores, como las causas abiertas contra la corporación municipal por cuestiones urbanísticas, o las luchas internas de un PP que, aunque más tapado que anteriormente, sigue en sucesión. Y es que es más que evidente que, con menos participación, buena parte de la pérdida del voto de Alperi ha sido de electores suyos que no han decidido apoyarle esta vez y se han abstenido. Las ganancias del PSOE pueden venir tanto de nuevos votantes, electores ocasionales del PP decepcionados y votantes de IU.

Por esto siempre digo que las cosas no están tan mal en la Comunidad Valenciana.

Hay muchos paralelismos con Badajoz, si bien menos de los que yo quisiera. Los socialistas de nuestra ciudad debemos tomar nota, preguntar, investigar y transladar lo que allí ha hecho que el PSOE crezca elección tras elección desde 1999, e intentarlo aquí. Porque ambos candidatos populares son parecidos, y una dimisión a tiempo, que nos pille desprevenidos, puede hacer que el sucesor o sucesora pierda (como en Orense o Alcobendas) o se consolide (como en Santander).

PD: Perdón por la cutrez del gráfico, los exámenes tienen la culpa.