13 de abril de 2008

Si la República hubiese ganado la guerra...


La Sexta emite un documental de historia-ficción sobre la posible supervivencia de la República tras la Guerra Civil. Tenía ganas de verlo y, cuando menos, está resultando ser bastante curioso, si bien creo omite diversas cuestiones que podrían haber resultado muy interesantes.

Todo comienza con la dimisión de Negrín y la llegada al gobierno de Indalecio Prieto, en el lado republicano, y un fallo en la estrategia militar de Franco en el ámbito rebelde. A partir de ahí, España se desarrolla de una manera muy similar a las de las democracias consolidadas de Europa, pero con una característica peculiar: España se conforma como una República democrática mayoritariamente conservadora y de sistema electoral mayoritario. España funda, junto a los otros seis ya conocidos, la Comunidad Económica Europea y Serrat gana Eurovisión con el "la-la-la" cantado en catalán. La educación, además, es un pilar básico del Estado y Gibraltar pasa a dominio español en el año 2000, constituyéndose como Comunidad Autónoma.

Juan Carlos de Borbón es presidente del COI, Felipe y Aznar son presidentes de la República y el régimen de las comunidades autónomas se extiende a todo el territorio nacional durante los años setenta, y la CNT es uno de los dos sindicatos mayoritarios. Se llegan a producir periodos de cohabitación a la francesa. Sin embargo, no se ve la posición de España en plena Guerra Fría, ni se aborda la situación de la Corona en el exilio. Todo es igual, pero a la vez hay muchas cosas diferentes.

Esto podría haber ocurrido, pero todo es fruto de la historia-ficción. No obstante, parece complicado creer que ello pudiese haber ocurrido, tanto por el contexto internacional en que se encontraba España a finales de los años 30 y por las sucesivas crisis económicas, como por las propias contradicciones de la República, motivadas, en parte, por la fragmentación del arco parlamentario y la consiguiente polarización debilitadora.

Pero... está bien imaginar. Haciendo un diagnóstico de lo que podría haber ocurrido podríamos, quizá, entender las claves de lo que podemos hacer para remediarlo.

El Gobierno y las cuotas territoriales


El Presidente del Gobierno, en virtud de las atribuciones que le confiere el artículo 2.2, sección K de la Ley 50/1997, de 27 de Diciembre, y según el artículo 100 de nuestra Constitución,ya ha elegido el nuevo gabinete ministerial que conformará el Gobierno inicial de la IX Legislatura. Se trata de un gobierno novedoso, tanto por algunas de las personas que lo componen (con gestos de alta carga simbólica) como por la nueva restructuración de las áreas del mismo, como bien explica Geógrafo Subjetivo.

En los medios y en la blogosfera se puede leer de todo sobre la composición y estructura del mismo, desde las más diferentes visiones. Me quiero centrar en una de ellas, las que he leído en blogs que frecuento: Esa visión "localista" que ya se queja o se alboroza según haya ministros de su CA o no. Desde esa conciencia de la existencia de visiones localistas (especialmente en mi tierra, al no haber ningún ministro extremeño), cabe hacerse la siguiente pregunta para reformular el análisis: ¿Han pesado las cuotas territoriales a la hora de conformar este nuevo gobierno?

Zapatero ha sido más independiente que hace cuatro años al elegir el Gobierno de España para legislatura que se nos avecina. Consecuencia directa tras varios años de elecciones ganadas o muy bien rentabilizadas (las autonómicas y municipales de 2003 y 2007, dos generales en 2004 y 2008, las europeas de 2004 o las autonómicas de País Vasco, Galicia y Cataluña).

Podemos definir cuota territorial (en la órbita del PSOE) como la supuesta asignación a una determinada federación territorial de una serie de titulares de órganos superiores de la Administración del Estado,. del Gobierno en este caso, en virtud del peso específico de la federación territorial que impone la couta según unos criterios más o menos claros, como pueden ser el número de militantes, el respaldo electoral conseguido, la fuerza de sus dirigentes, etc. La fórmula, normalmente, es la de colocar en el Gobierno a dirigentes regionales o a personas apoyadas por los órganos partidarios máximos del nivel territorial correspondiente.La respuesta, a mi juicio, es tan rotunda como visible: Estamos ante un Gobierno bastante alejado de cuotas territoriales, cuestión excelente a mi juicio, ya que, siendo puristas, el localismo que imponen las cuotas es perjudicial para el desarrollo de la acción gubernamental.

Observemos el primer dato que me lleva a aseverar tal cuestión: De 17 ministros y ministras que componen el Gobierno, 9 no son afiliados al partido. Ello nos habla de la no adscripción de estos a ninguna federación en concreto, aunque estas quieran, a posteriori, hacerse representar por ellos: El caso de María Teresa Fernández de la Vega es el más claro, ya que si bien su vinculación política con Valencia es escasa, el intento de adscribirla allí fue uno de los indicadores de la pasada campaña electoral. Igual ocurrió con Bernat Soria, con César Antonio Molina, e incluso con Miguel Sebastián en su fallida aventura en Madrid, y ocurre ahora con la ministra Garmendia. Vemos que, en más de la mitad del ejecutivo, a priori, parece haber sido más relevante la independencia del Presidente que el peso mismo del PSOE, la búsqueda de personalidades en la "sociedad civil" antes que entre los cuadros del partido.

Analizando los 8 restantes, y sin dudar de la capacidad de ningún titular (ya que a varios de ellos los desconozco), se ve claramente que hay muy pocas cuotas. Carme Chacón, compañera de andanzas de Zapatero desde comienzos de Nueva Vía, aunque sea dirigente del PSC está donde está por su cercanía a Zapatero. Moratinos no tiene apenas relación orgánica con el PSOE-A ni ha tenido peso administrativo en la Junta de Andalucía. Rubalcaba tiene un peso específico en la historia reciente del PSOE que va más allá de cualquier adscripción territorial. La nueva ministra de Vivienda tampoco tiene peso específico ninguno en el PSM, y sin está ahí es tanto por consejo de Sebastián como por su más que envidiable currículo profesional. A mi juicio, Elena Espinosa comenzó por "envío" de Touriño y Pepe Blanco, y ahora permanece por su capacidad de gestión eficaz y discreta. Echando un rápido recuento, pocas cuotas.

Y a mí me parece estupendo, puesto que un Gobierno no es una ejecutiva del PSOE donde tengan que tener cabida diferentes sensibilidades territoriales e ideológicas. El Gobierno es algo mucho más trascendente y relevante, una institución que, desde su subjetividad política y programática, pero ateniéndonos al articulado de la LOFAGE, debe servir con objetividad a los interes generales. Tal debe ser, y no otra, la esencia del Gobierno, condicionada siempre por el color ideológico de los miembros del mismo y, especialmente, por la línea programática del Presidente, conocida en su programa electoral y en su investidura. Y los intereses generales no son la suma de los intereses territoriales, es algo mucho más intenso. A la hora de llevar a cabo los intereses generales, a veces hay que perjudicar a algunas de las partes momentáneamente, o hay que emprender acciones que pueden no ser entendidas fácilmente en algunas partes del territorio nacional. Y para que ello funcione, en el Consejo de Ministros no deben sentarse personas que dificulten la consecución de tales intereses porque sean unos enviados de sus respectivas federaciones territoriales, o porque pretendan mimar esos territorios en detrimento de otros para labrarse un futuro en los mismos.

Extremadura ha tenido tres ministros en nuestra historia democrática: Alberto Oliart, Enrique Sánchez de León y Maria Antonia Trujillo, lista a la que podemos añadir el nuevo ministro Celestino Corbacho, nacido en Valverde de Leganés pero emigrado a Cataluña. A mí, objetivamente, no me parece mal, puesto que, en el caso de Maria Antonia Trujillo (el que más conozco por razones obvias), no se puede decir que sólo haya mirado por su tierra, sino que ha procurado cumplir con sus objetivos competenciales en todo el territorio nacional. Y eso, que yo sepa, no es malo. Lo malo hubiese sido, en un afán localista y "cateto", exigirle lo contrario.

12 de abril de 2008

¿y Caldera?


Los diarios que mantienen línea directa con Moncloa o con Ferraz ya están desvelando partes de la lista que mañana el presidente del gobierno electo presentará al rey en la Zarzuela. De entre las muchas opciones que se dejan entrever (unas más afortunadas que otras)hay una que me llama poderosísimamente la atención: La ausencia de Jesús Caldera en todas las encuestas.

La figura de Caldera está indisolublemente unida a la de Zapatero en las historia reciente del PSOE. Fue él quien cristalizó buena parte de esa Nueva Vía que llevó a Zapatero a la Secretaría General,ha sido él quien ha compartido con él las labores en un grupo parlamentario de oposición, quien ha dirigido sus campañas electorales mano a mano con José Blanco y su ministro de Asuntos Sociales (parte clave del gobierno) durante los últimos cuatro años. Ha sido, además, uno de los miembros más "izquierdosos" de la ejecutiva del partido y del gobierno, siempre la voz social contra las necesarias medidas de ahorro y estabilidad presupuestaria de Solbes.

Es por ello por lo que no me gusta que no siga en el gobierno, puesto que él, junto a otros miembros del gabinete, era el ala socialdemócrata pura que más se asemeja a mis ideas sociales y políticas. La única opción que yo veo, hacia esa "nueva misión" que los periódicos dicen que le han encomendado es la Secretaría de Organización en el próximo XXXVII Congreso del PSOE, un área que, además de dirigir el partido, lleva aparejada la portavocía del mismo, como así ha sido durante estos últimos años con José Blanco. Una opción que me tranquiliza, ya que asegura el peso socialdemócrata ante una posible deriva social-liberal (aquello que acuñara Solchaga), y el partido quedaría en muy buenas manos, en las de una persona experimentada y triple licenciada. Blanco ha hecho un excelente trabajo al unir un partido que en 2000 estaba como estaba. Pero ahora, con un PSOE con 169 diputados en el Congreso, toca que el partido no se "hiperpresidencialice" y haga mucha política, que es lo que hace falta además de una buena gestión.

Puede ser que algunas cartas estén por desvelar. La más interesante, la de Juan Fernando López Aguilar. Me niego a creer que no será ministro, tanto por sus excelentes resultados en dos elecciones consecutivas en Canarias como por su bagaje intelectual, académico y su formidable talla política. Si no entra en el ejecutivo actual, será en 2010 cuando sustituya a Moratinos, craso error si el PSOE quiere recuperar, de una vez, las Islas Canarias. Y es una intuición, ojo.

Para mí, ambos son valores fundamentales del socialismo español. Y no deben perderse en la bancada.

11 de abril de 2008

El problema de IU no es la ley electoral

Se habla mucho de la Ley Electoral, que tanto daño causa y tantos debates ocasiona. Yo, al contrario de lo que opina IU, creo que la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de Junio de Régimen Electoral General(con todos los elementos que ella contiene), es una ley cuyo balance es más que positivo, y que ha permitido una buena gobernabilidad en todos los niveles territoriales a los que es aplicable, sin olvidar nunca los criterios de proporcionalidad y representación de minorías. Atrás quedaron, como tenían clarísimo tanto el constituyente como el legislativo del momento, los sistemas tendentes a la masiva polarización del voto y a la atomización del Parlamento (como ocurrió en nuestra II República u ocurre a día de hoy en Italia). El problema, por tanto, no es precisamente la falta de representatividad, sino todo lo contrario, puesto que ello hubiera sido fácil de resolver colocando en nuestro ordenamiento una ley cuya fórmula tuviera carácter mayoritario.

La Ley Electoral es, además, por su carácter orgánico, aplicable a las CCAA de nuestro país, que, no obstante, pueden incorporar peculiaridades a la hora de elegir a los miembros de sus asambleas legislativas, con respeto siempre a los principios constitucionales y a los de la misma ley 5/1985.

Sabiendo ambas cosas, y entendiendo que lo que IU esgrime es la dificultad de obtener representación por lo difuminado de su voto (entre todas las circunscripciones provinciales), me parece una falacia recurrir a la reforma de una norma legal tan relevante como la LOREG por mero capricho programático, falso en todo caso. Y es en el nivel territorial autonómico donde, podemos ver que la debilidad de IU no es sólo por la dispersión del voto que por ley se obtiene en las elecciones a Cortes Generales:

El poco peso institucional de IU en los Parlamentos Autonómicos es fácilmente constatable con revisar un poco el panorama nacional: Tras las elecciones autonómicas de los últimos años, no tiene representación en los órganos legislativos de Galicia, Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Castilla la Mancha, Extremadura o Canarias, y muy poca representación en las de la Región de Murcia, País Vasco, Aragón o Navarra. Esto nos habla de una actividad institucional poco o nada relevante, aún sin hablar de una multiplicidad de circunscripciones o de tiranías bipartidistas. Ese bajo nivel de representación en CCAA nos indica que el problema es el apoyo o, mejor dicho, la falta del mismo. Que ocurra en CCAA de circunscripción única, donde no se da dispersión de voto,o en otras uniprovinciales o de pocas circunscripciones es algo más que reseñable que debe hacer pensar que quizá no es la dispersión el problema, sino el resultado de otros problemas mayores.

Por otro lado, y unido a esa ínfima respuesta de buena parte de las CCAA (que contrasta con el constante y más o menos amplio apoyo recibido en Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña o Andalucía, donde, en ningún caso, supera el 10% del total de votos válidos emitidos), hemos de considerar la historia de los procesos electorales postconstitucionales: Con esta misma ley electoral en vigor IU ha conseguido resultados de hasta 18 diputados en la V Legislagtura o 21 diputados en la VI, consiguiendo escaños en circunscripciones pequeñas o medias como Navarra, Granada, Cádiz, Málaga, Córdoba,Granada,Huelva o Asturias, lo que nos habla de la posibilidad teórica y real de obtener una más que generosa representación en el Congreso de los Diputados con la normativa vigente.

IU puede tener clara una cosa: Menos que dos diputados no puede sacar, ya que ambos han sido elegidos por las dos circunscripciones más grandes de nuestro país. Pero que haya perdido toda representación más allá de estas no es cuestión de Ley Electoral, como arrojan los datos, que pueden ser analizados con mayor profundidad, sin duda alguna. El problema no es el marco legal, sino haber perdido más de 1.200.000 votos en 12 años. Es un problema de mensaje, de programa, de aspecto. Y como eso está en su mano, más valdría ponerse manos a la obra que promover reformas electorales interesadas y cuando la conveniencia política lo requiere.

4 de abril de 2008

Confirmado: El PP nos hurta el senador.


Ya lo decía yo anteriormente: Son los problemas internos del PP los que dejan a nuestra Comunidad Autónoma infrarrepresentada en la Cámara Alta. Hoy ha renunciado a tomar posesión como senador designado por la Asamblea de Extremadura el candidato que ayer se aprobó por unanimidad en sesión plenaria de la cámara. Lo sucedido hoy refuerza lo dicho.

Monago renuncia por motivos estrictamente personales
, al no ser capaz de simultanear los cargos que ostenta con tal responsabilidad. Él, tras la salida de la lista del PP al Ayuntamiento de Badajoz de los todopoderosos Ramírez del Molino (ahora diputado en el Congreso) y Cristina Herrera (diputada ahora en la Asamblea de Extremadura), se convirtió en el primer teniente de alcalde de Badajoz, una ciudad que, recordemos, tiene aproximadamente 150.000 habitantes y que tiene, por si fuera poco, también a su alcalde ocupado en otros menesteres (ha sido senador largo tiempo y ahora es diputado en la Asamblea de Extremadura también). Además de tal responsabilidad, es presidente provincial del PP en Badajoz, miembro de una dirección regional huérfana ante la marcha de Carlos Floriano a Madrid y, por si fuese poco, diputado en la Asamblea de Extremadura. Hagamos recuento: Dos cargos institucionales y uno interno. Casi ná.

Otros han actuado de dieferente manera en sus ámbitos: Ascensión Murillo, primera teniente de alcalde de Mérida, dejo el cargo al considerar que era incompatible con el Senado. Carmela Silva, la portavoz socialista en la Cámara Alta, hizo lo mismo en Vigo. Sin necesidad de involucrar a terceros, tomando decisiones meditadas, sin tener que arrepentirse.

Yo me pregunto lo siguiente: ¿Es que ni él ni sus compañeros de dirección del partido sabían ya de antemano su multiplicidad de cargos y el esfuerzo que ello conlleva? ¿Es que no era consciente que ser 1er teniente de alcalde de Badajoz, superconcejal y portavoz del equipo de gobierno no es tarea suficientemente importante? La respuesta está clara: Sí lo sabían. Lo que no sabían era las reacciones que ello iba a provocar.

Lo que está claro es que en un PP descabezado, Monago es sucesor natural de muchas personas, desde el alcalde de Badajoz hasta candidato a presidir la Junta. Y con un PP revuelto, con candidaturas paralelas al acecho y con voces críticas por doquier, irse a Madrid no conviene. Pero lo que menos conviene es jugarse el futuro porque el fortín seguro es Badajoz, y ahí comienza su carrera de fondo. Con los votos de Badajoz, señores Celdrán y Monago, uno está más tranquilo.

Monago no se va porque sea mucho trabajo, ya midió él la capacidad de trabajo del Senado. Y mientras, lo que debía ser un problema estrictamente interno y privado, salpica a la institución que nos representa a todos los extremeños, que eligió senador ayer mismo en balde. Y vuelta a empezar: Hurto consumado y lo interno antes que lo público.

PD: Esperamos ansiosos lo que pueda decir en su blog.

2 de abril de 2008

El efecto Pizarro

Manuel Pizarro fue el "fichaje" estrella (entrecomillo fichaje porque siempre estuvo muy cerca del PP, por tanto, no es una novedad) de Mariano Rajoy para esta IX legislatura que ya ha comenzado. Ante el panorama de crisis económica generalizada, qué mejor que traer a un gran empresario, a un hombre de éxito en el campo financiero, y colocarlo de futuro Ministro de Economía. Nada más y nada menos.

La prensa afín al PP se excitaba con la idea, y la prensa afín a la izquierda lo criticaba por diversas razones. Nos lo presentaban como el colmo del neoliberalismo, el que admiraba el sistema de pensaiones de Pinochet, el gran tiburón de la macroeconomía española, el aire fresco que necesita el gobierno en materia económica, un Abogado del Estado que emprendió carrera en el sector privado, el que decía que el dinero estaba mejor en el bolsillo del contribuyente, etc... Hicieron en torno a él un mito, un producto que, lamentablemente (para el PP, claro), no se correspondía con la realidad. Un objetivo a abatir desde medios progresistas y la salvación del PP para los conservadores.

Llegó el debate sobre economía, previo a las dos contiendas entre los candidatos a la presidencia. Un Solbes vs. Pizarro que prometía mucho, porque enfrentaba al ministro aburrido que no entendía casi nadie al tiburón de las finanzas. Recuerdo que, en la comida de ese día, comenté con más de uno que esperaba un debate brillante por su parte, y que Solbes, a pesar de controlar mucho estos temas, podría perder ante el impulso y la capacidad del turolense, aquella que los medios nos habían inducido a creer.

Y no fue así. Solbes, desde la tranquilidad, derrotó a un Pizarro que le llegó a dar la razón en algunos temas. Y es que el discurso ante el Consejo de Administración no es una lucha política como fue aquella. Solbes, curtido en mil y una sesiones de control al Gobierno (recordemos que fue ministro ya con González), mil y una ruedas de prensa y mil y una negociaciones sectoriales, supo hablar para todos los públicos, explicar coherentemente sus ideas y datos y, además, frenar al "tiburón".Era el pistoletazo de salida a una campaña muy reñida. Yo mismo me sorprendí durante el transcurso del debate.

Durante la campaña apenas se le vio. Y ahora, ni tan siquiera forma parte de la dirección del Grupo Parlamentario, a pesar de la total apuesta por él que se ha hecho desde medios conservadores. El efecto Pizarro fue desinflado por el "cansado" Solbes, y hasta Mariano se ha dado cuenta.

El PSOE, que no ha tenido ningún fichaje en sus listas, debe sacar una conclusión de esto: Cuando se quieran presentar fichajes estrella, por favor, que lo sean de verdad, porque, de lo contrario, el producto vendido se nos puede volver en contra. Es uno de los mejores ejemplos de que NO se debe hacer de nuestra cultura política reciente.

PD: El PP no ganó en la provincia de Teruel, donde era posible que sucediese.

EDICIÓN 4/4: He visto comentarios similares aquí y aquí.