Ya lo decía yo anteriormente: Son los problemas internos del PP los que dejan a nuestra Comunidad Autónoma infrarrepresentada en la Cámara Alta. Hoy ha renunciado a tomar posesión como senador designado por la Asamblea de Extremadura el candidato que ayer se aprobó por unanimidad en sesión plenaria de la cámara. Lo sucedido hoy refuerza lo dicho.
Monago renuncia por motivos estrictamente personales, al no ser capaz de simultanear los cargos que ostenta con tal responsabilidad. Él, tras la salida de la lista del PP al Ayuntamiento de Badajoz de los todopoderosos Ramírez del Molino (ahora diputado en el Congreso) y Cristina Herrera (diputada ahora en la Asamblea de Extremadura), se convirtió en el primer teniente de alcalde de Badajoz, una ciudad que, recordemos, tiene aproximadamente 150.000 habitantes y que tiene, por si fuera poco, también a su alcalde ocupado en otros menesteres (ha sido senador largo tiempo y ahora es diputado en la Asamblea de Extremadura también). Además de tal responsabilidad, es presidente provincial del PP en Badajoz, miembro de una dirección regional huérfana ante la marcha de Carlos Floriano a Madrid y, por si fuese poco, diputado en la Asamblea de Extremadura. Hagamos recuento: Dos cargos institucionales y uno interno. Casi ná.
Otros han actuado de dieferente manera en sus ámbitos: Ascensión Murillo, primera teniente de alcalde de Mérida, dejo el cargo al considerar que era incompatible con el Senado. Carmela Silva, la portavoz socialista en la Cámara Alta, hizo lo mismo en Vigo. Sin necesidad de involucrar a terceros, tomando decisiones meditadas, sin tener que arrepentirse.
Yo me pregunto lo siguiente: ¿Es que ni él ni sus compañeros de dirección del partido sabían ya de antemano su multiplicidad de cargos y el esfuerzo que ello conlleva? ¿Es que no era consciente que ser 1er teniente de alcalde de Badajoz, superconcejal y portavoz del equipo de gobierno no es tarea suficientemente importante? La respuesta está clara: Sí lo sabían. Lo que no sabían era las reacciones que ello iba a provocar.
Lo que está claro es que en un PP descabezado, Monago es sucesor natural de muchas personas, desde el alcalde de Badajoz hasta candidato a presidir la Junta. Y con un PP revuelto, con candidaturas paralelas al acecho y con voces críticas por doquier, irse a Madrid no conviene. Pero lo que menos conviene es jugarse el futuro porque el fortín seguro es Badajoz, y ahí comienza su carrera de fondo. Con los votos de Badajoz, señores Celdrán y Monago, uno está más tranquilo.
Monago no se va porque sea mucho trabajo, ya midió él la capacidad de trabajo del Senado. Y mientras, lo que debía ser un problema estrictamente interno y privado, salpica a la institución que nos representa a todos los extremeños, que eligió senador ayer mismo en balde. Y vuelta a empezar: Hurto consumado y lo interno antes que lo público.
PD: Esperamos ansiosos lo que pueda decir en su blog.
Monago renuncia por motivos estrictamente personales, al no ser capaz de simultanear los cargos que ostenta con tal responsabilidad. Él, tras la salida de la lista del PP al Ayuntamiento de Badajoz de los todopoderosos Ramírez del Molino (ahora diputado en el Congreso) y Cristina Herrera (diputada ahora en la Asamblea de Extremadura), se convirtió en el primer teniente de alcalde de Badajoz, una ciudad que, recordemos, tiene aproximadamente 150.000 habitantes y que tiene, por si fuera poco, también a su alcalde ocupado en otros menesteres (ha sido senador largo tiempo y ahora es diputado en la Asamblea de Extremadura también). Además de tal responsabilidad, es presidente provincial del PP en Badajoz, miembro de una dirección regional huérfana ante la marcha de Carlos Floriano a Madrid y, por si fuese poco, diputado en la Asamblea de Extremadura. Hagamos recuento: Dos cargos institucionales y uno interno. Casi ná.
Otros han actuado de dieferente manera en sus ámbitos: Ascensión Murillo, primera teniente de alcalde de Mérida, dejo el cargo al considerar que era incompatible con el Senado. Carmela Silva, la portavoz socialista en la Cámara Alta, hizo lo mismo en Vigo. Sin necesidad de involucrar a terceros, tomando decisiones meditadas, sin tener que arrepentirse.
Yo me pregunto lo siguiente: ¿Es que ni él ni sus compañeros de dirección del partido sabían ya de antemano su multiplicidad de cargos y el esfuerzo que ello conlleva? ¿Es que no era consciente que ser 1er teniente de alcalde de Badajoz, superconcejal y portavoz del equipo de gobierno no es tarea suficientemente importante? La respuesta está clara: Sí lo sabían. Lo que no sabían era las reacciones que ello iba a provocar.
Lo que está claro es que en un PP descabezado, Monago es sucesor natural de muchas personas, desde el alcalde de Badajoz hasta candidato a presidir la Junta. Y con un PP revuelto, con candidaturas paralelas al acecho y con voces críticas por doquier, irse a Madrid no conviene. Pero lo que menos conviene es jugarse el futuro porque el fortín seguro es Badajoz, y ahí comienza su carrera de fondo. Con los votos de Badajoz, señores Celdrán y Monago, uno está más tranquilo.
Monago no se va porque sea mucho trabajo, ya midió él la capacidad de trabajo del Senado. Y mientras, lo que debía ser un problema estrictamente interno y privado, salpica a la institución que nos representa a todos los extremeños, que eligió senador ayer mismo en balde. Y vuelta a empezar: Hurto consumado y lo interno antes que lo público.
PD: Esperamos ansiosos lo que pueda decir en su blog.
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