6 de marzo de 2009

Comentarios al 1-M (II)


Si antes hablamos de las Elecciones autonómicas de Galicia, hoy toca hablar de las elecciones autonómicas del País Vasco, un tanto más complejas de analizar pero quizá por ello mucho más agradables de comentar. Son ya ríos de tinta los que corren, y más después de confirmarse hoy mismo que el PSE ha conseguido su escaño nº 25 por Álava.

En primer lugar, hay que destacar que se trata de un resultado más o menos atomizado, como suele ser habitual en el Parlemento Vasco, pero, comparando con otras legislaturas, vemos que no lo es tanto como pudiese parecer a simple vista: En ésta, y por poner un ejemplo de agrupación de escaños, las tres primeras fuerzas políticas tienen 68 escaños sobre un total de 75, muy alejada del panorama político que se dibujaba a comienzos de la III, V o VI legislaturas, en las cuales la misma agrupación de los tres partidos más votados daba números muy diferentes: 49, 51 y 51, respectivamente. Nos encontramos ante el Parlamento Vasco más sólido de la democracia, por las razones ya esbozadas. Ello hace que, en principio y desde el más absoluto razonamiento teórico, la elección de lehendakari y la estabilidad parlamentaria de esta IX Legislatura parezcan objetivos más sencillos que en otras épocas.

A este bajo nivel de fragmentación cuantitativa (por así decirlo) se une una mayor complejidad cualitativa, esto es, en cuanto a las fuerzas políticas que lo componen: Un PNV con 30 escaños, el PSE-PSOE con 25, el PP con 13, Aralar con 4, y EB, EA y UPyD con 1 cada uno. Un total de siete partidos, dos de ellos con destacado apoyo y otro con un apoyo medio, que, dada la lejanía de las principales minorías mayoritarias de los 38 escaños que supone la mayoría absoluta de la Cámara, hace necesaria la apertura de pactos entre los siete partidos, en las que, en principio, cada voto cuenta. Una distribución, como vemos, muy alejada de los cinco partidos que poblaron la Cámara en la VII Legislatura, pero que coincide con la moda del período democrático. En este caso, la diferencia ideológica abismal que separa algunas de las formaciones hace que los pactos no sean inocuos en un ambiente no esterilizado, por lo que podemos hablar, sin temor a equivocarnos, de dos grandes grupos, o frentes: "Constitucionalismo" y "soberanismo", guiados más por cuestiones de territorialidad y autogobierno que de la sempiterna lucha ideológica entre izquierda y derecha.

En esta división de la Cámara en bloques, también podemos observar otro hecho curioso: Es la primera vez en toda la historia democrática de la Cámara que el bloque constitucionalista supera al bloque nacionalista: Comparando con la legislatura que dio comienzo en 2005, vemos como el bloque "constitucionalista" reúne ahora 39 frente a 33, y el bloque "soberanista" reúne 36 frente a 42. Ello hace que, en tanto el eje fundamental para elegir lehendakari no es el de izquierda-derecha, sea posible un gobierno formado por uno o varios partidos del bloque constitucionalista, dada la dificultad de entendimiento de los partidos mayoritarios de ambos bloques desde algo más de una legislatura. Por ello, y a día de hoy, se hace más que posible que Patxi López sea investido como lehendakari, sin saber muy bien cómo hará para mantenerse a lo largo de cuatro años que pueden hacérsele eternos.

Pero centrémonos en el análisis puro y duro de los resultados en votos, porque en la prensa parece que nadie se ha molestado en ver lo que ha pasado, y menos en la sede de Génova, 13. Porque, y empezando por la mitad, el PP, que ha conservado 13 escaños (perdiendo dos desde la anterior legislatura), ha perdido la friolera cantidad de 65.000 votos desde 2005 a esta parte, continuando una senda peligrosa que ya se atisbó en 2005, por más que Rajoy crea que ha salvado los muebles por el hecho de posibilitar un gobierno constitucionalista. Pero aquí nadie ha lanzado la más mínima idea de autocrítica, nadie ha dimitido, mientras que otros con porcentajes de voto superiores e incluso muy superiores sí lo hacen. Todo es cuestión de expectativas: Mientras que Touriño tenía posibilidades de ser investido de nuevo, todos sabemos que por Basagoiti nadie daba un duro.

Mientras tanto, el PSE-PSOE mantiene unos niveles de voto muy superiores a los de otras épocas, en las que estaba más o menos como el PP a día de hoy: Obtiene algo más del 30% de voto emitido en una Comunidad Autónoma en la que la participación electoral adolece de no ser muy alta, y, además, se embolsa más de 40.000 votos, sin contar el C.E.R.A (que ha sido escasito pero le ha dado una alegría en Álava). A pesar de estar por debajo del nivel de voto del PSOE en el conjunto de comunidades autónomas, dado lo diverso del arco parlamentario es un resultado más que bueno. En medio de la tormenta, ha sido una alegría para Zapatero.

Pero lo más destacable, a mi juicio, y como señalé anteriormente (y acerté con el pronóstico) es el escaño obtenido por UPyD en Álava. Se trata del segundo puesto institucional que obtiene el partido de la vasca Díez, colocándose por encima de EB y EA en dicha provincia, batiendo sus marcas y duplicando lo obtenido en las generales de hace apenas un año: Pasa del 0'94% del voto válido total emitido en dicha comunidad autónoma al 2'14%, y, en la provincia en cuestión, pasa del 1'18% al 3'97%, un crecimiento exponencial que deja fuera de toda duda el calado que UPyD irá teniendo en diversos lugares de España (me inclino a pensar que en los más conservadores, especialmente), como veremos en la próxima convocatoria electoral. Para los que dicen que el sistema electoral tiende al bipartidimos por la ausencia de proporcionalidad, que vean como en algunos sitios los partidos respaldados por votos adquieren representación hasta en situaciones de desproporcionalidad.

Sobre los demás, dado mi desconocimiento sólo señalar que parte del crecimiento de Aralar se debió, como apunté, al voto de parte de la izquierda abertzale que decidió optimizar su voto ante la falta de marca electoral batasuna, y que lo de EB-IU da muestras de ser agónico, camino de la desaparición autonómica: Unos 600 u 800 votos menos, y quizá hubiese acabado como en Cantabria, Extremadura o Canarias.

A día de hoy, López rechaza un gobierno con el PNV, lo que deja abierto un gobierno en solitario del PSE respaldado por otras fuerzas, supongo que las constitucionalistas fundamentalmente, abriendo una brecha al apoyo parlamentario del PSOE en el Congreso de los diputados. El análisis es este, aunque lo que viene a partir de ahora es absolutamente inesperado: Gobiernos minoritarios frentistas o no, en PNV en proceso de debate interno, un PP mareado a la espera de que la crisis no amaine, etc...

¿Ibarretxe? Siempre puede ir al Parlamento Europeo, como Touriño.

8 comentarios:

Juan Antonio Doncel Luengo dijo...

Parece que coincidimos en la conclusión: un lehendakari inestable, sea cual sea. Desde el punto de vista político, no institucional, el que consiga serlo deberá pensar en las elecciones anticipadas mientras jura (o promete) el cargo. Yo considero que es muy complicado imaginar un pacto de gobierno entre PP y el PSOE o el PNV. Pero desde luego desde un punto de vista de todo el Estado, es mucho más complicado imaginar un acuerdo entre PSOE y PP que entre PNV y PP. También querría que, si te apetece, compararas las posiciones políticas generales de UPyD y el PP, guante que te lancé hace unos días en no sé qué blog.

Paco Centeno dijo...

Fantásticos análisis José Antonio.
Yo creo que Patxi gobernará y será en una situación muy inestable, pero lo suficiente para que los vascos atisben el cambio. Lo suficiente para que en unas hipotéticas elecciones adelantadas, terminen por poder gobernar con más holgura.
Un saludo

Manuel Moralo dijo...

José Antonio: se echa en falta un comentario sobre los resultados del PNV como el que haces de PP y PSOE.

José Antonio Gil Celedonio dijo...

Coincidimos, coincidimos, sí, porque la situación es complicada, y más en el contexto económico que nos circunda. Y aquí, PP y PSOE intentarán sacar y arañar votos por doquier, porque vienen elecciones en las que el PSOE se juega mucho.

Cogí el guante y ahora lo vuelvo a recoger, pero dame tiempo que entre debates, clases y demás estoy liado, y sobre ese tema he de reflexionar.

Tengo mis dudas, Paco: La mayoría de las elecciones adelantadas que recuerdo han arrojado resultados perdedores para el que las adelantó: Excepto las de Esperanza en 2003, casi todas han sido así.

Chayanne, lo único que puedo decir del PNV es que fue el más votado y el que más escaños obtuvo, y poco más, porque soy un profundo desconocedor de su situación. Ha sido hegemónico, pero el juego parlamentario no da la suma necesaria y va a tener que chupar oposición o gobierno de coalición.

Juan Antonio Doncel Luengo dijo...

No estoy seguro, pero creo que Esperanza Aguirre no adelantó las elecciones autonómicas en 2003, era obligatorio porque al no conseguirse la investidura dos meses después de la primera propuesta supongo que había que convocar elecciones, pero ya digo que no estoy seguro.

Pedro Centeno dijo...

Estupendo análisis como siempre.
Metidos en harina electoral, la oportunidad que se le dibuja al PSOE en el País Vasco no se circunscribe al mero cómputo de votos/escaños, sino a la posición del PSE en la sociedad vasca; hasta ahora ha sido en PNV el que en la mente de los vascos ha ocupado la posición de "centralidad" entendida como partido que defiende los intereses de todos. Si Patxi López administra bien su oportunidad, puede desbancar d ese puesto al PNV, bien que progresivamente.Y eso es lo que verdaderamente importa.
Por otro lado, la desvergüenza del PP vasco es increíble: ayer querían meter en la cárcel a todo el PSE con Patxi a la cabeza y ahora se pirran por pactar con él. "Éstos son mis principios,y si no le gustan, tengo otros" que diría Rajoy.

Manuel Moralo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manuel Moralo dijo...

José Antonio, respecto al PNV, te honran tu sinceridad y tu prudencia, que no son muy habituales cuando opinamos desde aquí sobre el PNV y el resto de partidos abertzales.

Y es que la información que nos llega acerca de ellos en los medios nacionales, es escasa y está muy sesgada; pocas veces se les puede oir expresando ellos mismos su opinión, en las mismas condicoines que oímos al PP o al PSOE.

Un detalle anecdótico sobre esto: mi madre sostiene, con total y enérgica conviccíon, que "el PNV es ETA" (sic).