Espero con una mezcla de ansia y animosidad mi regreso a España, con la sutil influencia de El Mundo de Sofía y de Sábato en mi mente, con el cansancio acumulado de tres días enteros por selvas y montañas peruanas, y con un poquito de síndrome de Sthendal después de haber visto, tocado y olido Machu Picchu por mi mismo empapado en sudor. Y es que pasa lo de siempre: Cuando uno tiene que andar a 6 km/h casi en soliario, empieza a pensar.
Pensaba yo que una vez regrese de esta Ruta Inka (muchas gracias a Pilar) en la que llevo embarcado más de un mes tendré tiempo para pensar, reflexionar, estudiar, leer y, especialmente, pedir el billete de reingreso a mi propia vida. Han pasado muchas cosas desde que me fui, y me han ocurrido las suficientes anécdotas y cuestiones relevanes como para obviarlas en el futuro.
Sin embargo, hay algo que no paro de preguntarme: Viendo la situación especialmente "delicada" de dos de los tres países que he visitado hasta el día de hoy (Perú y Bolivia), ¿Cómo es posible que el clima político en España sea así? No me cabe ni la menor duda: Es Absolutamente ARTIFICIAL.
En fin, ya nos vemos por tierras patrias.
PD: Bienvenido, Carlos.
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