17 de febrero de 2007

El nuevo ministro.

Parece ser que han fallado todas las cábalas. Los que buscábamos el nuevo titular del Ministerio de Justicia entre nombres que nos resultaran familiares hemos acabado por equivocarnos. El lo que tiene jugar a política-ficción.

Al final nuestra Pilar Blanco (mi apuesta personal, claramente...) no ha sido la nueva Ministra de Justicia, pero ha desempeñado otro papel nada desdeñable: Notaria Mayor del Reino. Y el elegido por el Presidente del Gobierno no ha sido otro que Mariano Fernández Bermejo, que fuera (hasta el día de su nombramiento) fiscal Jefe de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. Curiosamente, y al igual que Pilar Blanco, este señor ha dado clases en la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura (tu facultad, mi facultad, nuestra facultad). No en vano un profesor de la misma me dijo el otro día, con cierta sorna, que iba a empezar a documentarse, porque parecía que todos "tenemos un pie en algún ministerio".

Pero, anécdotas y deseos personales aparte, ha ocurrido lo que parecía imposible: El PP, antes de ya de prometer su cargo el ya ministro, ya andaba criticándolo por radical e izquierdoso. afirmación que él mismo ha afirmado varias veces. Es curioso que se critique a un ministro de un gobierno de un determinado color por decir estas cosas. ¿O acaso Michavila, Acebes o Michavila han negado alguna vez su militancia de derechas, su sentimiento conservador o su espíritu liberal-centrista (todos sinónimo del PP actual)? Por si fuera poco, se permiten el lujo de decir que ese no es el ministro que quieren, algo que, personalmente me agrada, ya que si el Ministro de Justicia de Zapatero fuera uno que a ellos les gustase, creo que algo fallaría.

Como se suele decir, ladran, luego cabalgamos. La actualización del Poder Judicial, una mejor coordinación entre sus instancias y el tema del TC son cuestiones que se deberían resolver pronto. Espero que con este miembro del ejecutivo, el legislativo y él mismo de ponga a trabajar para devolver la credibilidad a las instituciones del Estado, frente aquellos que no aceptan ni comparten las sentencias del TS.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra gran estupidez (como resulta ya normal) de zapatero que es capaz de nombrar como ministro de justicia a un fiscal resentido sectario de izquierdas del que se puede esperar cualquier cosa menos que imparta justicia.
Persona reconocida como un fiscal marrullero, sectario y extremista que ha declarado que es de izquierdas y actúa como tal, que dice: "Luchamos contra sus padres y lucharemos contra sus hijos" no puede ser ministro de un Gobierno.
Un fiscal que de entrada dice que no respeta las reglas de juego es un peligro.
Un paso atrás en la convivencia entre españoles.
¿No crees gil?

José Antonio Gil Celedonio dijo...

Para empezar, no sé si a dicho algunas cosas de las que mencionas, con tu sectarismo habitual. Veo que no mejoras nada y sigues pensando igual que escribes, es decir, fatal.

Por otro lado, si lees la Constitución (cosa que dudo hayas hecho alguna vez en tu vida), el Presidente del Gobierno de la Nación designa libremente a sus ministros, por tanto, creo que NADIE salvo él puede decir quién es ministro y quien no. Por tanto creo que ni tú ni la brunete mediática de la derecha española pueden decir nada sobre la decisión.

Tenéis un problema muy gordo: Considerais que no puede ser de izquierdas el ministro tal o cual, como si alguna vez Acebes, Mayor Oreja o cualquier otro ministro de la era Aznar renegase de su condición de liberal/ conservador/centrista o cualquier otro sinónimo de lo que yo llamaría "pepero". Es un problema antológico: No soportais que alguien sea abiertamente de izquierdas, porque tantos años prohibiendo la existencia de la misma os han condicionado mucho. Y, curiosamente, más a los ultras adolescentes que hay por ahí sueltos. Lástima.

Y para mí pasos atrás en la convivencia de los españoles es cargarse las instituciones del Estado, salir fuera de España a decir a empresarios que no inviertan en el país, utilizar a las víctimas del terrorismo como arma contra el gobierno de turno, llamar a los más de 13 personas representadas en los diputados que apoyaron la investidura del Presidente "terroristas" o tener un portavoz parlamentario que ve la política como medio para forrarse. Eso sí es dar pasos atrás en la convivencia, y no las paranoias mentales de un crío que debería estudiar más Lengua Castellana y ocultarse menos tras un nombre inventado.

Lo que te digo muchas veces: Identifícate y hablamos en persona. Y no te escudes en lo del instituto, que ya cansa.

oktomanota dijo...

eso todo es super complicado mas de lo que parece,
www.oktomanota.com