30 de marzo de 2008

El PSOE no ganó gracias a Cataluña y a Andalucía.


Puede que el título de este post le "rechine" a más de uno, puesto que es una de las afirmaciones más rotundamente repetidas en nuestra cultura política. Y el análisis que de ello se genera es, a mi juicio, erróneo, ya que la frase verdadera sería, a mi juicio "El PP no puede ganar por culpa de Cataluña y Andalucía".

Y es que el PSOE tiene, en términos generales, un suelo electoral muy sólido en todas las comunidades autónomas españolas (sé perfectamente que la circunscripción es la provincia, pero vamos a basarnos en los parámetros utilizados en la prensa de todos los días):

Hasta en lugares donde el propio partido asume que ha sufrido una derrota sin paliativos, como puede ser la Región de Murcia, el PSOE ha obtenido algo más del 32% de los sufragios, sin sumar a tal dato el voto CERA. Ese provisional 32'57% de los votos del PSOE es un resultado, a mi juicio, que más que una debilidad coyuntural expresa una verdadera fortaleza electoral: El PSOE tiene un suelo muy sólido, que rebasa, a día de hoy (y podríamos decir que de similar manera en los comicios de 2004) ese mínimo murciano en todas las CCAA (a nivel general, lo rebasó incluso en las fatídicas elecciones del año 2000), e incluso se instala en un más que razonable 39%-43% en CCAA donde es "débil" y no hay un tercer partido fuerte (véase la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Castilla y León o Castilla La Mancha) y en torno a un 35%-40% en CCAA donde, ganando o no, hay un tercer partido fuerte (véase Comunidad Foral de Navarra, País Vasco, Canarias o Galicia) con el que compite junto al PP. A eso, añadámosle el techo electoral que suelen marcar aquellas CCAA donde gana con más del de los sufragios, como son Cataluña, Aragón, Andalucía y Extremadura, y por supuesto, los resultados en circunscripciones de resultados positivos pero más discretos: Asturias, I. Baleares (dos éxitos, no obstante) la Rioja o Cantabria. En resumen, se trata de un reparto del voto más o menos homogéneo, habida cuenta de los problemas de mensaje en ciertos territorios y del rotundo éxito en País Vasco y Cataluña.

En cambio, el PP presenta dos (e incluso podríamos decir tres) desviaciones de la media que, a día de hoy, les impiden tener un reparto de graneros de votos más o menos homogéneo, y ello se debe, en primera instancia, a Cataluña y al País Vasco, donde ha obtenido provisionalmente en torno a un 16'6% y 18'5 % del voto, respectivamente y, en segunda, a Andalucía. Esos datos, en dos CCAA cuyo peso poblacional (y, por tanto, electoral) no es nada desdeñable, proclama un poco halagüeño panorama de inestabilidad territorial, que contrasta con los excelentes resultados en Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia o Castilla y León, donde se aproxima o rebasa el 50% de los votos válidos emitidos. A ello debemos añadir el problema andaluz: Ni en el mejor momento del PP a nivel nacional (el ya mencionado año 2000) consiguió sobrepasar el 41%, con una IU fuerte y un andalucismo vivo. Hoy, con un 38% del voto en "sus sacas", con un PSOE hegemónico al 51%, y sin IU ni andalucismo político que se mueva más allá de sus fronteras partidarias, el PP va camino de un estancamiento del voto, como le ha ocurrido al PP extremeño en las autonómicas. Me inclino a pensar que, previa renovación del PSOE andaluz, el PP hallará un cómodo pero insuficiente nivel de voto en torno a la media de sus resultados de 2004 y 2008: un 35% ó 36% del total de válidos emitidos.

Por ello, el PSOE no ganó gracias a Andalucía y a Cataluña: Ganó porque es apoyado fuertemente en casi todos los rincones de España. Es el PP el que no gana porque tiene "socavones" en CCAA muy fuertemente pobladas, y no tiene visos de recuperación (considerando irrelevante que ganase en Almería, la 7ª circunscripción en población de Andalucía).

Datos: Ministerio del Interior.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero que el 1 de abril sea importante y merezca la pena ser recordado por muchos motivos