Desde hace algo más de un mes vengo siguiendo la trayectoria de un grupo de chavales jóvenes (supongo que más o menos de mi edad), ilusionados y trabajadores, que se han constituido en una asociación-plataforma para reivindicar. Podríamos pensar que se trata de unos ilusos que reclaman utopías sólo entendibles en su edad. O podríamos pensar también que a lo que se dedican no es más que a hacer seguidismo de una u otra opción política.
Pero no. No hacen nada de eso. Se dedican a defender a los jóvenes, a hacer algo que, a la vez de favorecer el desarrollo integral de sus lógicas demandas, benefician al conjunto de la ciudadanía cacereña. Hablo, como es evidente, de Mejostilla Joven.
Mejostilla Joven se dedica a defender la posición de los jóvenes de uno de los barrios más perjudicados por la actual corporación de Cáceres, ya que, excusándose en la lejanía del centro-ciudad, no recibe las mismas atenciones que otros barrios. Y esta plataforma no está dispuesta a seguir sintiéndose abandonada, y, desde la vía del diálogo y la petición racional, han conseguido una de las peticiones más realistas pero a la vez más interesantes de los últimos tiempos: La mejora constante de las líneas de autobuses de Cáceres, con la consiguiente revitalización del barrio. Porque si un lugar no tiene infraestructuras ni prestaciones, bien difícil es que ese lugar pueda desarrollarse.
La Factoría Joven, el autobús nocturno y la petición de la no subida de precios del autobús urbano son algunos de sus logros, hasta el día de hoy.
Enhorabuena, David Santos. Enhorabuena, Mejostilla Joven. Enhorabuena, Cáceres.
18 de mayo de 2006
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