10 de julio de 2006

This is the last time...



Queda menos de un año para los próximos comicios municipales y autonómicos, y las maquinarias de los partidos ya comienzan a moverse, como es lógico. El verano se acerca, y los grandes partidos tratan de cerrar el curso quedando las cosas claras de cara a un frenético Septiembre, momento en el cual la precampaña comenzará con todas sus consecuencias. Aunque, todo sea dicho, hay algunos que llevan de campaña bastante tiempo.

Y es en ese momento, cuando uno comienza la campaña electoral al día siguiente de perder las elecciones, cuando su estrategia se define. Una estrategia que consiste en la política del clavo ardiendo, en intentar agarrarse a cualquier frente para intentar desgastar al adversario, cueste lo que cueste. Y esa es, ni más ni menos, que la estrategia general del PP, la que marcan desde Génova 13 a todos sus hombres y mujeres de las diferentes autonomías.

La radiografía estatal permitiría escribir páginas sobre esta estrategia, pero quizá sea más interesante pararse a pensar en lo que ocurre en nuestra comunidad autónoma, ya que la magnitud de las elecciones es la que es, y aquí el sr. Floriano se lo juega todo a una carta, puesto que ya perdió en una ocasión y no se puede permitir el lujo de volverlo a hacer(algo similar a lo que le pasa a Mariano Rajoy, pero en términos sutancialmente diferentes).

Como digo en el título del artículo, parafraseando una canción de uno de los grupos musicales revelación del pasado año(Keane), es su última oportunidad, y es evidente que él lo sabe. El PP en Extremadura se enfrenta a una de sus peores situaciones en toda la historia de la democracia, puesto que desde Madrid todo pasa factura, y está claro que el viento juega en contra mientras no hay un popular en la Moncloa. Es una de las máximas electorales: Moncloa juega un papel decisivo en el voto directo del conjunto de los ciudadanos de una comunidad autónoma como Extremadura.

Pero hay mucho más. Prueba de ello son las sucesivas alianzas preelectorales que se ven fraguando, como la unión con EU, un partido que apenas supera los 12.000 votos en el cómputo global de la comunidad, un partido regionalista de cuyas actuaciones se sabe más bien poco o nada, y que dice contar con una plataforma de jóvenes que alcanza los 1000 y pico de miembros... ¿Alguien puede creerlo? En esta vida el movimiento se demuestra andando, y el partido del señor Cañada ha demostrado en estos últimos más bien poco, aparte de la marginación general del conjunto de la ciudadanía, que desde hace unas cuantas legislaturas no confían en su representación, de tal modo que no sale elegido en la Asamblea de Extremadura desde el año 1995. Pero claro, ante la situación del empobrecimiento electoral del PP, cualquier cosa es buena, aunque se critique hasta la saciedad en otros contextos la relación que el PSOE mantiene con otros partidos de corte regionalista. Es lo que tiene la permeabilidad ideológica.

Por otro lado, aparecen en Extremadura movimientos que pretenden representar al sector de la rancia derecha de la región bajo una máscara de progreso y cambio. Son ya dos colectivos, que dicen no ser políticos, los que se presentan bajo características similares al PP, pretendiendo así llevar el mensaje popular más allá de las fronteras que les dan sus propias siglas. Jóvenes por el Cambio y Extremeños por el cambio son las que antes menciono. Y más que irán surgiendo, todo por intentar salvar el statu quo de la cúpula actual del Partido Popular extremeño.

Son otros muchos componentes los que podríamos ir desgranando, pero como esto va a ser tema recurrente en estos meses que se nos avecinan hasta el 28 de Mayo... Lo dejo para otra ocasión, puesto que cada declaración, cada artículo, cada nota de prensa del PP es una prueba de esta estrategia, falta de programa y de ideas, tal y como tuve la suerte de escuchar de boca de alguna de las diputadas regionales del PP: "Que buena chica esta (refiriéndose a Soraya Sáez de SantaMaría), se lo ha comido con patatas". Y ese es el problema: Cuando la misión de uno es la de comerse con patatas como sea a otros, sin proponer alternativas ni mojarse en los temas relevantes... No queda más remedio que agarrarse a un clavo ardiendo y aguantar el chaparrón.

Jamás debemos olvidar que son los ciudadanos los que elegimos a nuestros gobernantes. Y que seis legislaturas de legitimidad democrática son prueba del apoyo del pueblo a nuestros dirigentes actuales.

3 comentarios:

josemaría dijo...

Enhorabuena Jose.
Necesito localizarte, pasame tu mail o movil, xfa.
jose

Caty Cordero dijo...

La última frase, brillante.

Anónimo dijo...

Es increible como os tienen comido el coco la empresa P.S.O.E.S.A. Dentro de ciuncuenta años los recuperadores de la Memoria Histórica de entonces se frotarán las manos con el daño que le estáis haciendo a Extremadura. Lo siento por el comentario. Me duele en el alma vuestra actitud y no me gustaría que les doliera a mis hijos.