La posmodernidad nos ha dado tecnología emergente, nuevas creencias, nuevas actitudes frente a la vida, la muerte y el sexo, y una infinitud de posibilidades comunicativas con multitud de personas a través de un simple clic. Aquello de la Sociedad de la Información, como dijo Ibarra hace ya algún tiempo, cuando Zapatero, aún sólo Secretario General del PSOE, inauguraba colegios equipados con un ordenador por cada dos alumnos en pueblos perdidos de Extremadura.
También nos ha quitado cosas. Nos ha quitado inocencia. Nos ha quitado el placer de descubrir cosas a la antigua usanza. Nos ha quitado privacidad, incluso.
Y sobre todo, hay algo que no nos ha dado. Y es más tiempo. Prueba de ello es la fecha de mi último post, y el exquisito intervalo entre aquella y la de este post.Pero bueno, he vuelto...
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