Supongo que todos hemos escuchado alguna vez esa sentencia que dice que la realidad supera mil veces la ficción. Si no nos quedamos en la pura parte teórica de esta reflexión, y pensamos un poco en la realidad, podemos ver que, en la praxis, hay quien cumple religiosamente con dicha sentencia.
Uno de los muchos de estos ejemplos de amnesia como modo de vida y programa político en nuestra literatura contemporánea lo podemos encontrar en la archiconocida novela de George Orwell, 1984. En ella podemos observar como la política exterior de las tres superpotencias mundiales se halla definida por situaciones de stress virtual y una relación amor-odio basada en la amnesia colectiva. Así, un bloque que se haya enfrentado a otro pasa a ser aliado de éste en un abrir y cerrar de ojos, movido por un sugestivo cambio en los intereses ultranacionales.
A pesar de ser una obra maestra de la ciencia ficción, o quizá precisamente por serlo, se parece bastante a la actual política de oposición del Partido Popular, que parece , en un ejercicio de olvido generalizado, no recordar muchas de las actividades que realizaron sus miembros durante la etapa de gobierno. Por un lado, vemos como ahora atacan y rechazan de manera despiadada y sin ningún pensamiento de futuro a los grupos nacionalistas, con algunos de los cuales ellos mismos llegaron a pactar y a los cuales les deben parte de la estabilidad gubernamental de la legislatura del 1996/2004. El señor Rajoy y sus acólitos actuales, comandados por Zaplana y Acebes(Aznar mediante), han pasado de colaborar con CIU y PNV a mostrarse huraños y desconfiados de estos partidos de centro derecha, por una razón muy sencilla: Cuando estuvieron en mayoría absoluta, imaginaron que el poder les pertenecía por su carácter divino, y que jamás se le escaparía de las manos. Mostraron entonces su verdadera cara: La soberbia faz del comportamiento histórico de la derecha terrateniente y españolista. La verdad... Perdieron muchos puntos, y sobre todo, muchos posibles aliados en esta España en la cual las mayorías absolutas cada día parecen más complejas de conseguir... Y es que esta actitud, en política, no debería ser la correcta para un partido que, a pesar de tener oportunidades de gobernar, actúa de una forma totalmente ajena a este hecho, de manera irresponsable e irreflexiva.
También han criticado hasta la saciedad el posible proceso de diálogo con las inmediaciones de ETA para intentar un proceso de paz, derecho y deber de toda persona que tenga en sus posilidades contribuir al fin de la violencia, y más si esta persona es el presidente del gobierno. Se acusaba al gobierno de ser traidor a las víctimas, de deshonrar los muertos, de venderse a los terroristas, etc... Sin embargo, parecen no recordar su pasado, que, sin bien no es muy amplio, sí cuenta en su haber un intento (totalmente legítimo) de proceso de diálogo con ETA, en un encuentro mantenido entre interlocutores de la banda terrorista y miembros del Ministerio del Interior allá por Zurich. Pues parece ser que no, ya que, en esa práctica de damnatio memoriae (algo que no es nuevo en la historia), Aznar ha llegado a decir que él jamás hizo semejante cosa. Otra irresponsabilidad para con su futuro electoral. A pesar de todo, han rectificado en su postura tras el comunicado de tregua, pero aún algunos militantes díscolos(algunos son diputados, senadores o presidentes provinciales del partido) sueltan improperios.
Cuando uno ve todo esto, no le queda más remedio que pensar que el Partido Popular, si no rectifica, va a tener que darle un nuevo sentido a sus siglas, pasando a ser Partido del Presente, ya que están borrando su propio pasado y, a este paso, no tiene futuro,al menos no un futuro políticamente cargado de responsabilidad.
5 de abril de 2006
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