7 de octubre de 2006

Alucinando

Hoy he salido de compras. Bueno, mejor dicho me han sacado de compras, cosa que yo suelo hacer en solitario y en horas y días en los que normalmente la gente brilla por su ausencia. Y entre acera rebosante y acera rebosante, entre tienda con música pastillera y aglomeración en forma de línea similar a una cola ordenada, he visto a dos niños pequeños hablar en una tienda bastante... pija, por decirlo de alguna manera no ofensiva para sus dueños y su público en general.

Uno le decía a otro: Mira, tengo un mando de coche y tú no.

El otro contestó: Pues vale.

Y el anterior dijo: No te lo voy a dejar.

Entonces, alucinando en colores del egoísmo y del clasismo que destilan las criaturitas desde pequeñas(por culpa, evidentemente, de unos padres clasistas y egoístas a más no poder), pensé que si dos niños de seis años no pueden compartir un simple juguete, cuando sean mayores, a ese paso, probablemente no puedan compartir ningún tipo de idea: Ni de Estado, ni de convivencia, ni de nada. Y acabaremos mal.

PD: Quiero dar gracias a Pepe Blanco por leerme y agregarme a su blog... Aún trayéndome lo malo de esas cosas: Trolls y Spam.

2 comentarios:

Caty Cordero dijo...

El ejemplo que mencionas es sólo la punta del iceberg del excesivo consumismo que inunda a toda nuestra sociedad, especialmente a los más pequeños.Los padres se han acostumbrado a comprar el cariño de los niños con artículos materiales en vez de pasar mas tiempo con ellos. Actualmente el baremo de importancia en el mundo infantil es el que lleva el móvil más pequeño y más fino, las zapatillas más caras, el peinado más moderno, la camiseta más de moda y la mochila más "in".

Luego, no te saben situar su ciudad en un mapa y venderían a su madre por unas Nike.

Que futuro....labrado por nosotros mismos.

Anónimo dijo...

Mozo, enhorabuena ;)