No. No voy a hablar del celebérrimo poema de Mario Benedetti, por mucho que sea uno de mis poemas preferidos por su intensidad y su sinceridad abrasadora.
Hablo del fenómeno creciente como una ola que se nos avecina: La Navidad, porque ya es Navidad en el Corte Inglés (y similares establecimientos comerciales). La sociedad entera viste sus calles de gala entrando a archas forzadas en esa hipocresía razonable(precioso término acuñado por el señor M. Rodríguez Cancho, que me ha demostrado que existe el centro) que son las fiestas navideñas. Unas fiestas que, por si no se nota, odio a más no poder, y las odio, sobretodo, porque no entiendo las excusas. No entiendo por qué debo reunirme con mi familia un día u otro del año. No entiendo porque las calles se iluminan de repente y el resto del año quedan lúgubres y rematadas por unas insalubres luces anaranjadas. No entiendo la táctica, vamos. Porque si nos paramos a intentar entender, ¿Quién entiende algo?
La estrategia es clara: Gastar y hacer que todo el mundo sufra de fiebre compradora, reunir familias en torno a una mesa rebosante de caprichos innecesarios. Pero no acabo de entender la táctica, ya que hemos llegado a un relativismo y a una mezcolanza de costumbres tal que uno ya no sabe qué es lo que celebra ni por qué. El caso es que hay que hacerlo, sin más. Los días pasan rápido, las comilonas de "manjares"(nunca he entendido porque hay que comer langostinos casi por obligación") se hacen obligatorias, los regalos innecesarios inundan las casas y la televisión se llena de un amor y una fraternidad que rebosa falsa moral. ¿Y todo por qué?
Porque somos unos borregos. Porque criticamos las nucleares y las refinerías pero luego gastamos un pastón del dinero público para "poner bonitas" las calles. Porque damos una limosna con resignación mientras que al tomar las doce uvas nos sumimos en una etílica inercia. Porque a algunos nos toca vivir, parafraseando a Tim Burton, una pesadilla antes de Navidad.
26 de noviembre de 2006
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4 comentarios:
La Navidad es otra de esas épocas del año donde hay que ser feliz por decreto, hay que comprar por decreto, hay que comer por decreto...(porca miseria!!!). Y si te fijas, es un fenómeno que cada vez va a peor, en cuanto aumenta el vacío tanto intelectual como espiritual de la gente. Es un monstruo que, después de todo, se devora a sí mismo y nosotros somos el alimento de dicho monstruo.
En definitivas cuentas, seguir a la masa, que es lo que impera.
¿Pero vosotros que acaso no lo haceis?Estais diciendo muchas cosas de la navidad, muy malas respecto a ellas, pero si pensais así ¿por qué no vais y haceis lo que opinais? Hablais de las cosas malas,¿pero y de las buenas? Al menos durante una vez al año,aunque solo sea una vez(si, muy triste pero qué se le va a hacer), la gente piensa en los demás y no me refiero al ataque consumista, al menos una vez al año, familias desunidas tienen una excusa para juntarse, que de otra forma no la tendrían, al menos una vez al año... La Navidad no es solo el consumo, las lucecitas, los regalos... muchas familias la viven de otra forma, no seas tan "progres" y criticarla únicamente mirando lo malo, hay más cosas más allá de los regalos
Mi querido Jose Antonio:
(Perdona que te deje escrito este comentario, pero es que no he encontrado en tu página ninguna dirección de email)
Me encanta saber que has usado una de las fotos de mi post (Quién robó el espíritu de la Navidad?, Londres, Noviembre, 2005) para ilustrar tu artículo sobre la Navidad, pero por favor...
¿No sería mejor que en lugar de linkarla directamente de mi página, la copiaras y la pegaras luego en la tuya??
Es que descolocas mis estadísticas, cosa que de verdad me desespera...!!!!
Un Saludo.
Yo no suelo comprar más regalos en Navidad, de hecho casi nunca compro regalos, sólo cuando tengo ganas de regalar algoa las novias :), vamos que regalar por regalar me parece tontería.
Y comer... bueno, si toda mi familia queda tampoco les voy a decir que oye, que no porque es una fiesta comercial a tope y yo no las secundo en absoluto. Porque puede que yo no esté de acuerdo, pero vivo en sociedad y prefiero intentar convencerlos antes de negarme en rotundo :P.
Regalad cuando os apetezca y no por decreto.
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