17 de junio de 2008

El gobierno, comunicando está.


Corren malos tiempos para este blog. El frenesí de los debates, los exámenes y los movimientos (pre) congresuales me impiden sentarme a deliberar sobre un tema y a redactar mis opiniones después, ya que a mí no me gusta escribir por obligación cada día si no tengo algo que yo considere bueno para ofrecer. No obstante, me tomo algún tiempo cada día para leer periódicos, revistas y blogs, por supuesto. Y constato fehacientemente que muchos de mis blogeros preferidos creen, como lo creo yo desde hace tiempo, que la comunicación es importantísima en toda actividad pública, en tanto permite la conexión del "servidor público" (sea cual sea su modalidad) con los usuarios, los ciudadanos, el público, en definitiva. Tuve ocasión de verlo en una conferencia de un especialista cuyo nombre no citaré: No dijo nada en concreto, pero lo hizo muy bien y todo el mundo salió muy contento.

Si algo he aprendido últimamente, es que no saber comunicar equivale a no hacer nada. Y eso es, prácticamente lo que le pasa al Gobierno de España. Se halla, como bien analizan muy certeramente nuestro Geógrafo favorito y Peperufo en sus blogs, en el limbo espacio temporal de lo políticamente correcto, sin hacerse notar mucho, en tiempos en que la ciudadanía, especialmente la de sectores más sensibles a las dificultades, necesita de una seguridad que les permita llevar más fácilmente su quehacer diario.

¿Dónde está ese Solbes espléndido que se comió por los pies al neófito Pizarro? ¿Dónde están los nuevos ministros de Industria, Vivienda y Ciencia y Tecnología que no aprovechan su novedad para afrontar unas nuevas relaciones con la opinión pública? ¿Dónde está Rubalcaba?Incluso yo me pregunto dónde estará Magdalena Álvarez con su hablar genuinamente andaluz, que aún ta criticado no conllevó efectos negativos para el PSOE en las elecciones de Marzo. Que hablen, aunque sea mal.

El problema de ésto es que, en un estado compuesto como el nuestro, hay múltiples posibilidades para que surjan contrapoderes que, desde otras esferas, hagan competencia electoral al Gobierno: Todos conocemos el fenómeno de los barones del PSOE en los últimos años de Felipe y durante el gobierno de Aznar, y ahora observamos como unos mediáticos Camps y Aguirre copan televisiones y portadas, gracias a sus políticas propias (aunque estas sean sólo pura oposición al gobierno central) y a sus poderosísimos aparatos de propaganda (de ahí parte de su éxito electoral).

Y es que el problema del PSOE en las elecciones de hace un año no fue otro que un problema de comunicación en zonas especialmente sensibles de la geografía nacional, que hizo que el ámbito local y autonómico (más el primero que el segundo) quedase solapado por la que "estaba cayendo" a nivel nacional. Por ello, el PSOE, y, con ello, el Gobierno, deben soltar lastres innecesarios, modular su voz según el territorio y nombrar unos delegados del gobierno poderosos en sus apariciones públicas, con estrategias comunes y, sobre todo, bien definidas, que sean capaces de afrontar un panorama de dificultades económicas. Porque ahora el PP está relativamente desactivado, pero, ¿qué pasará después? El brillante plantel de iniciativas desplegadas no puede verse ensombrecido por no saber venderlos, no saber comunicarlos a la sociedad. En ese ámbito tenemos mucho que aprender del PP.

Me alegra mucho lo de Estepona. Como dijo el susodicho, a todo cerdo le llega su San Martín. Que al partido no le tiemble la mano.