31 de marzo de 2008

La nitidez del Voto Exterior

Otro hecho muy relevante que merece la pena analizar con lupa es el voto CERA, es decir, el voto de aquellos españoles que no viven habitualmente dentro del ámbito geográfico que marcan nuestras propias fronteras.

Tras haber sido escrutados todos los votos provenientes del exterior, hemos podido constatar el rotundo triunfo del PSOE, ganador en 51 de las 52 provincias (no ganó en Tenerife, donde lo hizo Coalición Canaria), que ha hecho que la distancia definitiva entre PSOE y PP se asiente en un millón de votos. Tal y como se puede observar en el registro de comicios electorales del Ministerio del Interior, este voto exterior ha sido mayoritariamente socialista (análisis que postergo para otro momento, pero interesante a todas luces) en casi todos los procesos electorales a Cortes, salvando los del año 2000. No entraré a valorar el voto por circunscripciones, análisis arduo y complejo, con una salvedad: Muy relevante la aplastante victoria del PSOE en Galicia, a relativamente poco tiempo de unas elecciones autonómicas en las que los españoles de la emigración, para bien o para mal, dicen mucho. A mi juicio, además del dato puramente cuantitativo que el recuento nos aporta, hay un elemento que refulge con toda claridad sin apelar a los números: La imagen de Zapatero en el exterior es diferente a la del interior.

En este mundo globalizado en que vivimos, las noticias entre unos países llegan muy difuminadas, porque lo que, en realidad, desconocemos, por regla general, el verdadero clima político del país en cuestión. Ni mucho menos su cultura política. Por decirlo gráficamente, no nos suele llegar nada más que la anécdota.

Quizá por ello el PSOE gana tan ampliamente en el exterior. El proyecto llega difuminado, pero como es, sin añadidos poco saludables. Allí, a esos países que tienen su propia problemática diraria no llegan la crispación, ni la manipulación, ni la demagogia, ni el intenso ruido que busca opacar toda política pública. Parece sensato creer que, ante unas noticias positivas allende los mares (o no), el votante socialista se crece y el votante de derechas permanece apaciguado, al contrario de lo que ha ocurrido en nuestra España. Y es que la falta de manipulación influye.

O eso, o nuestra política y proyección exterior es brillantísima.

30 de marzo de 2008

El PSOE no ganó gracias a Cataluña y a Andalucía.


Puede que el título de este post le "rechine" a más de uno, puesto que es una de las afirmaciones más rotundamente repetidas en nuestra cultura política. Y el análisis que de ello se genera es, a mi juicio, erróneo, ya que la frase verdadera sería, a mi juicio "El PP no puede ganar por culpa de Cataluña y Andalucía".

Y es que el PSOE tiene, en términos generales, un suelo electoral muy sólido en todas las comunidades autónomas españolas (sé perfectamente que la circunscripción es la provincia, pero vamos a basarnos en los parámetros utilizados en la prensa de todos los días):

Hasta en lugares donde el propio partido asume que ha sufrido una derrota sin paliativos, como puede ser la Región de Murcia, el PSOE ha obtenido algo más del 32% de los sufragios, sin sumar a tal dato el voto CERA. Ese provisional 32'57% de los votos del PSOE es un resultado, a mi juicio, que más que una debilidad coyuntural expresa una verdadera fortaleza electoral: El PSOE tiene un suelo muy sólido, que rebasa, a día de hoy (y podríamos decir que de similar manera en los comicios de 2004) ese mínimo murciano en todas las CCAA (a nivel general, lo rebasó incluso en las fatídicas elecciones del año 2000), e incluso se instala en un más que razonable 39%-43% en CCAA donde es "débil" y no hay un tercer partido fuerte (véase la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Castilla y León o Castilla La Mancha) y en torno a un 35%-40% en CCAA donde, ganando o no, hay un tercer partido fuerte (véase Comunidad Foral de Navarra, País Vasco, Canarias o Galicia) con el que compite junto al PP. A eso, añadámosle el techo electoral que suelen marcar aquellas CCAA donde gana con más del de los sufragios, como son Cataluña, Aragón, Andalucía y Extremadura, y por supuesto, los resultados en circunscripciones de resultados positivos pero más discretos: Asturias, I. Baleares (dos éxitos, no obstante) la Rioja o Cantabria. En resumen, se trata de un reparto del voto más o menos homogéneo, habida cuenta de los problemas de mensaje en ciertos territorios y del rotundo éxito en País Vasco y Cataluña.

En cambio, el PP presenta dos (e incluso podríamos decir tres) desviaciones de la media que, a día de hoy, les impiden tener un reparto de graneros de votos más o menos homogéneo, y ello se debe, en primera instancia, a Cataluña y al País Vasco, donde ha obtenido provisionalmente en torno a un 16'6% y 18'5 % del voto, respectivamente y, en segunda, a Andalucía. Esos datos, en dos CCAA cuyo peso poblacional (y, por tanto, electoral) no es nada desdeñable, proclama un poco halagüeño panorama de inestabilidad territorial, que contrasta con los excelentes resultados en Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia o Castilla y León, donde se aproxima o rebasa el 50% de los votos válidos emitidos. A ello debemos añadir el problema andaluz: Ni en el mejor momento del PP a nivel nacional (el ya mencionado año 2000) consiguió sobrepasar el 41%, con una IU fuerte y un andalucismo vivo. Hoy, con un 38% del voto en "sus sacas", con un PSOE hegemónico al 51%, y sin IU ni andalucismo político que se mueva más allá de sus fronteras partidarias, el PP va camino de un estancamiento del voto, como le ha ocurrido al PP extremeño en las autonómicas. Me inclino a pensar que, previa renovación del PSOE andaluz, el PP hallará un cómodo pero insuficiente nivel de voto en torno a la media de sus resultados de 2004 y 2008: un 35% ó 36% del total de válidos emitidos.

Por ello, el PSOE no ganó gracias a Andalucía y a Cataluña: Ganó porque es apoyado fuertemente en casi todos los rincones de España. Es el PP el que no gana porque tiene "socavones" en CCAA muy fuertemente pobladas, y no tiene visos de recuperación (considerando irrelevante que ganase en Almería, la 7ª circunscripción en población de Andalucía).

Datos: Ministerio del Interior.

29 de marzo de 2008

El hurto del Senador.

El próximo día 1 de Abril, a las 10 horas (tal y como lo marca el Real Decreto 33/2008, de 14 de enero, que disolvió las Cortes Generales) se constituirán las nuevas cámaras, que "ordenarán" la vida política e institucional de nuestro Estado durante esta IX legislatura que se nos avecina. A pesar de que los medios están pendientes de lo que ocurre en nuestra Cámara Baja (debido a la importancia que tiene el Congreso en nuestro bicameralismo imperfecto), creo que para los extremeños es muy interesante también observar lo que ocurre en la Cámara Alta, en el Senado.

Ateniéndonos a la preceptuado en el título III de la Constitución, en su 69.5 y en nuestro Estatuto de Autonomía (concretamente en el artículo 19.2.e), a Extremadura le corresponden 10 senadores: ocho elegidos directamente (el pasado día 9), cuatro por provincia, y dos más desginados por la Asamblea autonómica. Hasta aquí, sin ningún problema.

Pero la situación se ha tornado de tal manera que uno de los senadores designados, Carlos Floriano, ha sido elegido como diputado por la circunscripción de Cáceres, por lo que ha de abandonar su responsabilidad como miembro de la Cámara Alta, en cumplimiento del precepto constitucional correspondiente que impide simultanear cargos. Al no iniciar este señor, a la sazón lider del PP extremeño, el trámite correspondiente en la Asamblea de Extremadura, a los extremeños se nos ha hurtado un senador para la próxima sesión de investidura. Él, para variar, comenta en prensa que es culpa del PSOE, que se ha negado, en su rodillo mayoritario, a celebrar un pleno, insinuando que hay gente con el rostro muy duro.

Y yo creo que el rostro duro es de su grupo parlamentario, en general, y de él, como presidente del mismo, en particular. Porque mienten a sabiendas de lo preceptuado en el Reglamento de la Asamblea de Extremadura. Atiéndonos al art. 174.4 de tal norma, corresponde al Grupo Parlamentario del senador a sustituir proponer su sucesor, que deberá ser ratificado en pleno convocado a tal efecto. El PP designará el sucesor de Floriano el martes, mismo día de la constitución del Senado. Si de verdad les interesase algo más que sus líos internos, habrían hecho como el PP valenciano, que presto definió a sus candidatos, o el andaluz, que hizo exactamente lo mismo. O, ya que estamos, como el PSOE gallego o madrileño.

¿Quién hurta el senador a la ciudadanía?

28 de marzo de 2008

Los derechos estatutarios

La nueva generación de Estatutos de Autonomía que se viene gestando desde hará un par de años tiene una serie de características que doctrinalmente los unifican, algunas de ellas especialmente sensibles a nuestros medios de comunicación y, por tanto, a la opinión pública de nuestro país. La financiación o la manera de relacionarle con las instituciones centrales del Estado son un ejemplo.

Pero, a mi juicio, hay algo muy interesante que la mayoría de las personas desconocen sobre esta nueva batería que se nos acerca: Los derechos de la persona que aparecen en su articulado. Un compendio de derechos de nueva generación que, por primera vez, aparecen recogidos en nuestro ordinamiento en tal alto nivel. Capítulos sociales como la vivienda, el derecho a un medio ambiente saludable, el derecho a la dignidad en el proceso de muerte, e incluso al respeto de la orientación sexual y a una buena administración.

Muchos de estos ya aparecen recogidos en normas muy relevantes para la fundamentación y protección de los Derechos Humanos, tanto en Convenios Internacionales como en el ordenamiento comunitario. Algunos, incluso, aparecen sucintamente recogidos en nuestra Constitución vigente. Sin embargo, hay otros novedosos, reflejo de una sociedad cambiante que avanza y necesita de nuevas protecciones.

A mí, habida cuenta de lo positivo que resulta reconocer más los derechos personales y protegerlos en normas jurídicas de tal calibre, no me disgusta en absoluto tal hecho. Menos aun habida cuenta de que el operador jurídico que haya de resolver controversias de conculcaciones de estos derechos, tendrá "material" de donde tirar para fundamentarlo.

Sin embargo, son reflejo de una necesidad acuciante: La necesidad de actualizar la Constitución, para acabar con la petrificación de la misma en diferentes aspectos y hacer que esa base mínima exigible en el 149.1.1 sea ampliada de igual forma a todas las Comunidades Autónomas. Quizá tales avances deberían operarse constitucionalmente y no estutariamente. Una vez más, los avances en nuestro Estado Compuesto se producen en un nivel territorial sin que otro se mueva.

26 de marzo de 2008

El TC y las propuestas autonómicas

Hoy se reúne un diezmado pleno del Tribunal Constitucional para decidir acerca del recurso interpuesto contra la reforma de su propia LO, aprobada por nuestras Cortes Generales el pasado 24 de Mayo del pasado año. El ponente será Pablo Pérez Tremps, ex-decano de mi facultad. Es ciertamente una cuestión pasajera para la mayoría de la ciudadanía, pero no obstante oigo a personas que se presumen formadas hablar de forma realmente inefable de todo el asunto. El que menos (o la que menos) habla de compraventa del TC desde manos socialistas.

No entraré a analizar el precepto que ha abordado la continuidad de los magistrados que ostentan la presidencia y la vicepresidencia del órgano constitucional, puesto que no la he abordado en profundidad. Sólo le interpreto en clave política: Ante una situación de bloqueo institucional por falta de mayoría parlamentaria suficiente, la situación se tornaba oscura y mejor continuar transitoriamente como estamos a liar la madeja aún más.

Si me parece peliaguda y peligrosa tal actitud deslegitimadora, más me preocupa aquella imagen que se nos pretende vender sobre la nueva idea de que las CCAA, a partir de nuestra supuesta Cámara de representanción territorial, puedan proponer candidatos a magistrados del TC.

El PP olvida que estamos en un estado compuesto, suma de los poderes centrales, que nos aúnan y dirigen en ciertas materias, y los territorios autónomos, con capacidad político- administrativa según un orden competencial abierto establecido constitucionalmente. Ambas realidades conforman nuestro Estado, y, por lógica, ambos niveles, al hallarse afectados de igual manera por la jurisprudencia del TC, según el principio de competencia, deben tener cierta capacidad para participar en la formación de dicho órgano. Se ha elegido la vía de la Cámara Alta, opción tan buena (o mala) como cualquier otra que se hubiese habilitado, con 4 magistrados (de 12 que conforman el pleno)a nombrar desde tal instancia. Analizando la realidad de España, es loable este intento de tratar a las CCAA como adultos, como entes maduros que participan de la vida y el desorden del Estado.

El TC ha sido muy eficaz en nuestra historia constitucional reciente. Parece tener sentido que, a 25 años del cierre del último Estatuto de Autonomía completo, la visión autonomista contribuya a enriquecer la jurisprudencia que, recordemos, es tanto en Política Exterior (típica competencia exclusiva del Estado), como en Agricultura (típica competencia de las CCAA, con intromisión de la UE) como en Cultura (competencia típicamente concurrente), materias situadas en diferentes lugares del orden competencial.