Cabe decir que no me gusta demasiado hablar de economía, y menos con la que está cayendo, porque es una materia que no me es excesivamente conocida, en la que me estoy formando. Sin embargo, aún así, hay cosas que no me cuadran demasiado.
Y la última opinión de Díaz Ferrán, el sensato presidente de la patronal española, merece una opinión. Leo en el diario público que propone, días después de pedir poner un paréntesis en la economía de libre mercado, una liberalización del despido. Yo comprendo la medida, si bien no comprendo el efecto buscado: Si el problema es la falta de liquidez en el momento actual, no puedo comprender cómo se pretende poder despedir pagando "finiquitos" de menos cantidad, que impedirán al trabajador comprar menos, consumir menos y, desde luego, tener más dificultades para pagar la hipoteca, lo que hará que los bancos las den aún con más dificultad.
Y más cuando, siguiendo el excelente esquema de la crisis que nos presenta Leopoldo Badía, la culpa de la crisis es la intensa e inmensa flexibilidad, que yo llamaría incluso ligereza de cascos financiera, de los bancos americanos para dar unas hipotecas a quien, más que probablemente, no podía pagarla. Es decir, el problema que nos arrastra ha sido, en el área financiera, de flexibilidad. Demasiada flexibilidad, como cuando no hay límites de velocidad por ley y uno va por una nacional con un seat panda a 180 km/h. Claro, se estrella.
Mientras, en EEUU el estado lo que hace es aplicar medidas socialdemócratas (si no más a la izquierda) como nacionalizar empresas con muchas dificultades, o inyectar grandes candidades de capital contante y sonante para incentivar mecanismos de libre mercado que han fallado. Intervención para solucionar los desmanes del libre mercado. Pagado por todos, claro, ya que son fondos públicos los que han de arreglar el desaguisado.
En fin. Se dice que Guerra proclamó aquello de "Montesquieu ha muerto". Yo digo ahora: Keynes ha resucitado.
Y la última opinión de Díaz Ferrán, el sensato presidente de la patronal española, merece una opinión. Leo en el diario público que propone, días después de pedir poner un paréntesis en la economía de libre mercado, una liberalización del despido. Yo comprendo la medida, si bien no comprendo el efecto buscado: Si el problema es la falta de liquidez en el momento actual, no puedo comprender cómo se pretende poder despedir pagando "finiquitos" de menos cantidad, que impedirán al trabajador comprar menos, consumir menos y, desde luego, tener más dificultades para pagar la hipoteca, lo que hará que los bancos las den aún con más dificultad.
Y más cuando, siguiendo el excelente esquema de la crisis que nos presenta Leopoldo Badía, la culpa de la crisis es la intensa e inmensa flexibilidad, que yo llamaría incluso ligereza de cascos financiera, de los bancos americanos para dar unas hipotecas a quien, más que probablemente, no podía pagarla. Es decir, el problema que nos arrastra ha sido, en el área financiera, de flexibilidad. Demasiada flexibilidad, como cuando no hay límites de velocidad por ley y uno va por una nacional con un seat panda a 180 km/h. Claro, se estrella.
Mientras, en EEUU el estado lo que hace es aplicar medidas socialdemócratas (si no más a la izquierda) como nacionalizar empresas con muchas dificultades, o inyectar grandes candidades de capital contante y sonante para incentivar mecanismos de libre mercado que han fallado. Intervención para solucionar los desmanes del libre mercado. Pagado por todos, claro, ya que son fondos públicos los que han de arreglar el desaguisado.
En fin. Se dice que Guerra proclamó aquello de "Montesquieu ha muerto". Yo digo ahora: Keynes ha resucitado.
1 comentario:
La vuelta de Keynes, efectivamente.
Lo de Díaz Ferrán y la mayoría de empresarios es para pensar y hacerles una propuesta para tiempos futuros. Que les parecería que un porcentaje de los beneficios empresariales se "liberalizarán" de sus bolsillos para paliar los efectos de los malos tiempos y que tengan dinero para pagar los despidos que ahora piden. Liberalización por liberalización.
Me quedó un poco mitinero, pero estoy haciendo la digestión y no es fácil opinar.
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