Después de hacer consideraciones particularizadas sobre el 1-M y el efecto que ha tenido en ambas autonomías, he pensado en hacer una serie de valoraciones generales sobre el impacto global que han tenido, porque realmente la conclusión que yo saco difiere en mucho de la que se percibe en los medios de comunicación, máxime cuando algunos ya opinan que estas dos elecciones autonómicas suponen una lanzadera para un PP flojo de cara a las Europeas, y, por consiguiente, de cara a la Moncloa.
El primer apunte que quiero hacer no es más que un mero recuento del voto depositado en Galicia y País Vasco a los dos grandes partidos nacionales. Porque de la suma de las pérdidas y ganancias de voto en comparación con sendas elecciones de 2005, sacamos una conclusión muy interesante: Hoy el PSOE tiene, en el conjunto de la nación, y tras haberse contabilizado ya el voto CERA (que acabó dándole un escaño más en Orense, confirmándose la tendencia comenzada en las elecciones Generales de 2008), 15.364 votos más en el conjunto de la nación que el 28 de Febrero de este año, y el PP tiene 9.281 menos.
Ello es así de simple: En comparación con las elecciones de 2005 en Galicia, el PP ha obtenido un total de 56.389 votos, mientras que el PSOE ha perdido 25983. Si hacemos lo mismo en el País Vasco, podemos ver que el PSOE ha ganado 41347 votos, mientras que el PP ha perdido 65.670. Computándolos las dos de forma conjunta, da los resultados antes apuntados: El PSOE sube y el PP baja. El fuerte Rajoy que se ha visto salvado por el resultado gallego, resulta que tiene menos apoyos que hace sólo unos días. Porque podemos escenificar mucho, pero los datos numéricos hablan por sí solos.
En segundo lugar, podemos decir que, por mucho que se empeñen, estas elecciones no son, en absoluto, equiparables a las Europeas que se aproximan, lo que no quiere decir que el espíritu con el que las del 1-M se han tomado no pueda influir. Tampoco las Elecciones a Cortes Generales son equiparables, ni ninguna otra, por un hecho sencillo. Porque, desde luego, se juegan partidos muy diferentes, y, además, votará el conjunto de la nación, no sólo parte de ella. El hecho sencillo que comenté es que hablamos de unos comicios en los que, históricamente, ido reduciéndose la participación como en ningún otro tipo de las elecciones importantes de nuestro país. Además, la ventaja de la circunscripción única hace que no ser pierda ningún voto, rentabilizándose el voto en opciones minoritarias. Con esa suma, baja participación y rentabilidad del voto, los grandes partidos van a obtener, salvo que algo ocurra, una contienda muy dura, en la que, sin duda, UPyD tiene buenos visos de convertirse en la tercera fuerza política del país. Hago ya mi apuesta: De los 54 escaños con que se supone que España va a concurrir al Parlamento Europeo, UPyD tiene posibilidades de sacar 2, 3 en el mejor de los casos.
Por último, sólo hacer hincapié en la poderosísima influencia que ejerce aparentar lo que no se consigue en el contacto con la opinión pública: Si para mí el mayor ganador es UPyD, por lo que comenté en post anteriores, el verdadero ganador para la inmensa mayoría de la población es el PP, a pesar de la sangría de votos en el País Vasco. Al final parece que todo acaba siendo lo que parece.