12 de marzo de 2009

Malos pasos hacia ningún sitio.


Ese día yo estaba en el instituto, como era lógico. Era el primer curso de Bachillerato, y recuerdo perfectamente el momento en que conocimos, en el recreo de las 10, la noticia. Pensamos que era un atentado de los que no hacen mucho daño físico, porque oíamos que no había apenas muertos y algunos heridos. Pero aquello fue creciendo vertiginósamente a lo largo de la mañana, y algunos comenzamos a ponernos nerviosos. Y, al llegar a casa, estremecimiento, lágrimas y dolor.

Murieron jóvenes, estudiantes como nosotros, inmigrantes, trabajadores como mi hermana o mi cuñado... Todavía me da miedo pensar que ese día personas como yo, que hacían lo mismo que yo hago hoy, que se encontraban donde yo me encuentro hoy, murieron por ser lo que eran, por una idea bárbara de unos desalmados.

Ya han pasado 5 años de ello, y alguien, con poca visión política y menos humana, ha decidido no ir a unos actos institucionales en recuerdo de una barbarie que nos conmocionó por un motivo que no llego a comprender y que jamás compartiría. El PSM ha cometido un error que le pesará durante mucho tiempo: Ofender a toda la ciudadanía de este país por quejarse ante un procedimiento legítimo y adecuado de una cámara en la que hay mayoría absoluta conservadora con la total legitimidad democrática.

A mí me duele mucho todavía lo que ocurrió, porque podía haber sido yo. Podrían haber sido mi hermana, mis amigos, mi familia. Y por ello no puedo imaginar el dolor que han de sentir muchas víctimas, directas e indirectas, al ver como miembros del principal partido de la oposición madrileña, al que muchos votaron, se comporta de esta manera, políticamente miope y humanamente no deseable.

¿No podría haber empezado hoy el boicot? Así no se consiguen votos, desde luego. Lo que se consigue es confusión, incomprensión, y cierto repelús.

No hay comentarios: