2 de abril de 2008

El efecto Pizarro

Manuel Pizarro fue el "fichaje" estrella (entrecomillo fichaje porque siempre estuvo muy cerca del PP, por tanto, no es una novedad) de Mariano Rajoy para esta IX legislatura que ya ha comenzado. Ante el panorama de crisis económica generalizada, qué mejor que traer a un gran empresario, a un hombre de éxito en el campo financiero, y colocarlo de futuro Ministro de Economía. Nada más y nada menos.

La prensa afín al PP se excitaba con la idea, y la prensa afín a la izquierda lo criticaba por diversas razones. Nos lo presentaban como el colmo del neoliberalismo, el que admiraba el sistema de pensaiones de Pinochet, el gran tiburón de la macroeconomía española, el aire fresco que necesita el gobierno en materia económica, un Abogado del Estado que emprendió carrera en el sector privado, el que decía que el dinero estaba mejor en el bolsillo del contribuyente, etc... Hicieron en torno a él un mito, un producto que, lamentablemente (para el PP, claro), no se correspondía con la realidad. Un objetivo a abatir desde medios progresistas y la salvación del PP para los conservadores.

Llegó el debate sobre economía, previo a las dos contiendas entre los candidatos a la presidencia. Un Solbes vs. Pizarro que prometía mucho, porque enfrentaba al ministro aburrido que no entendía casi nadie al tiburón de las finanzas. Recuerdo que, en la comida de ese día, comenté con más de uno que esperaba un debate brillante por su parte, y que Solbes, a pesar de controlar mucho estos temas, podría perder ante el impulso y la capacidad del turolense, aquella que los medios nos habían inducido a creer.

Y no fue así. Solbes, desde la tranquilidad, derrotó a un Pizarro que le llegó a dar la razón en algunos temas. Y es que el discurso ante el Consejo de Administración no es una lucha política como fue aquella. Solbes, curtido en mil y una sesiones de control al Gobierno (recordemos que fue ministro ya con González), mil y una ruedas de prensa y mil y una negociaciones sectoriales, supo hablar para todos los públicos, explicar coherentemente sus ideas y datos y, además, frenar al "tiburón".Era el pistoletazo de salida a una campaña muy reñida. Yo mismo me sorprendí durante el transcurso del debate.

Durante la campaña apenas se le vio. Y ahora, ni tan siquiera forma parte de la dirección del Grupo Parlamentario, a pesar de la total apuesta por él que se ha hecho desde medios conservadores. El efecto Pizarro fue desinflado por el "cansado" Solbes, y hasta Mariano se ha dado cuenta.

El PSOE, que no ha tenido ningún fichaje en sus listas, debe sacar una conclusión de esto: Cuando se quieran presentar fichajes estrella, por favor, que lo sean de verdad, porque, de lo contrario, el producto vendido se nos puede volver en contra. Es uno de los mejores ejemplos de que NO se debe hacer de nuestra cultura política reciente.

PD: El PP no ganó en la provincia de Teruel, donde era posible que sucediese.

EDICIÓN 4/4: He visto comentarios similares aquí y aquí.

No hay comentarios: