18 de septiembre de 2006

Atreverse o morir.


Tras leer el último post del excelente blog de Isra Saeta, y siguiendo el hilo de todo lo que dice, comparto mi parcial decepción con él porque yo también tengo amigos que, a pesar de haberse podido atraver, a pesar de haber podido trascender de los mínimos que impone nuestro actual sistema educativo, no lo han hecho. Sólo una persona (quizá la que más vinculación tiene conmigo de todos los amigos y conocidos que podrían haberse presentado a los Premios Extraordinarios de Bachillerato 2005-2006) se ha atrevido a arriesgar.

Es triste saber que personas con capacidades mentales extraordinarias, buenos hábitos y fuerza de voluntad no son capaces de arrojarse a las múltiples piscinas que nos ofrece la vida en su continuo devenir. Y más cuando, cada día que pasa, todo depende del arrojo con el que nos enfrentemos a las cosas, y, sobre todo, del modo de desenvolvernos en las mismas. Habilidades sociales lo llamamos algunos. "Cojones" lo llaman otros. En todo caso... creo que está perfectamente claro lo que quiero decir.

Yo me atreví (y lo sigo haciendo hoy en día) a presentarme a un premio como ese (aún hablo del Extraordinario, un premio de nivel autonómico que "criba" candidatos al Nacional), aún a sabiendas de que me iba a "enfrentar", por un lado, a un tribunal de catedráticos de instituto y profesores universitarios y por otro, a un montón de personas del mismo nivel académico que yo. Pero hay algo muy claro: Lo único cierto era que si no iba, no lo ganaría. Por el mero hecho de ir ya había posibilidades de ganarlo. Así que decidí ir, frente a las excusas que otros muchos y muchas ponen, fácilmente rebatibles por otro lado:

1- "No he estudiado nada": Estos exámenes no son para haberlos estudiado antes. Son para probar la capacidad crítico-reflexiva del alumno (más o menos como parte de los exámenes de las materias comunes de selectividad), así como para probar la capacidad de resolución de problemas. Lo que más se valora no es la memoria, sino la capacidad para elaborar un texto bien estructurado, coherente y con interpretaciones personales.

2- "Y si lo hago mal, qué vergüenza...": Con la vergüenza no se llega a ningún lado, para empezar. Y, para acabar, yo reivindico el derecho a equivocarnos, a confundirnos, y, sobre todo, reinvindico el deber de rectificar. Además... De todo se aprende, de lo malo y de lo bueno.

3- "Paso de hacer más exámenes...": ¿Ni siquiera por 600 euros y una posibilidad de otros 1200 después? Será que no te hace falta, porque ese dinero por unos exámenes no está nada mal...

4- "Si no lo voy a ganar": Si no te presentas, desde luego seguro que no ganas. Es como no ganar la lotería (salvando las distancias intelectuales),que si no la compras fijo que no la ganas. Haciendo lo contrario alguna posibilidad queda.

Y así otras tantas igual de tontas.

Lo que decía, que fui al examen a la capital de mi C.A., a Mérida(en donde conocí, paradójicamente, a la que es mi mejor amiga de clase en la carrera). A partir de ahí... Creo que lo que ha ido ocurriendo a continuación ya es público. Más tarde, al haberlo ganado, fue el acto de entrega. Después el examen del Nacional en Cáceres (al que no dude ni un ápice en presentarme, que para algo me había ganada la clasificación), y luego la resolución ministerial.

Y esto es sólo un ejemplo de atrevimiento. Porque o uno se atreve... o acaba muriendo. Y si tengo que morir, mejor morir haciendo algo que no haciendo nada.

"La vida no se mide por las veces que respiras, sino por las veces que te quedas sin aliento".



PD: Nereida, sé que te saldrán muy bien. Espero que sea lo suficientemente bien como para que compartamos premio.

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